lunes, 19 de diciembre de 2011

ADIOS A JORGE IVONNE

¿Cuál es la herencia que le deja Jorge Ivonne Ospina a Cali a escasos días de que expire su nefasta alcaldía? Es una herencia mediocre y paupérrima digna de un odioso ser que se dedicó a venderle al pueblo circo y megaobras, mientras le daba la espalda a los problemas más graves de la ciudad.

Empecemos con las Megaobras: nadie niega que Cali carecía de grandes obras de infraestructura; por ello es muy loable que el mamarracho Ospina haya decidido acometerlas y financiarlas a través del impuesto de valorización. Ahora, que esas megaobras que ahora están ejecución sean las que de verdad necesita la ciudad, eso no lo tengo claro pues no soy urbanista, ni ingieniero, ni experto en movilidad; pero si de algo estoy convencido es que calificar de "megaobra" el reparcheo de la Autopista Sur, la construcción de puentes peatonales y un parque en el Oriente de Cali, es una exageración. Reparar la carpeta asfáltica de las calles y construir puentes peatonales y parques no son megaobras, son obligaciones que el Municipio forzosamente tiene que atender.

Pero eso es lo de menos. Lo grave es que varias de esas flamantes obras están 'embolatadas': la plazoleta de la Caleñidad no se ha podido continuar por líos con un edificio en poder de estupefacientes; la ampliación de la Avenida Circunvalar también está en veremos porque no se han adquirido todos los predios que es preciso demoler para llevarla a cabo; la dichosa extensión de la Carrera 80 hacia la ladera ni siquiera ha empezado. Y ese 'chicharrón' Ospina se lo legó al momio Rodrigo Guerero.

Pero ese es sólo uno de los muchos problemas por resolver que hereda la querida Ivonne a la administración entrante. Este remedo de alcalde no hizo prácticamente nada por rescatar el centro histórico de la ciudad y en general las granes patrimonios arquitectónicos de Cali durante su gestión; hoy día esas bellas casonas y edificios desperdigados por el Centro y Oeste caleño están cayéndose a pedazos, han sido demolidos, o algunas cafres los han convertidos en repugnantes parqueaderos. Si bien el problema viene de tiempo atrás y ha estado inveterado en la narco-cultura caleña por años, Ivonne poco nada hizo para frenarlo o revertirlo en durante su mal gobierno.

Por otro lado, el burgomaestre se hizo el de la vista gorda con la inundación de todo tipo de negocios de mala muerte -estancos, bares, moteles- en zonas residenciales. Pocos meses antes de dejar el cargo descubrió que el agua moja y denunció la existencia de una mafia en Planeación Municipal que otorgaba permisos fraudulentos para este tipo de establecimientos en zonas donde está prohibido. Se demoró 4 años en percatarse de un fenómeno que para cualquiera salta a la vista.

Y sobre el medio ambiente ni hablemos. Poco o nada hizo Ivonne para rescatar los maltrechos siete afluentes que bañan a Cali; poco o nada hizo para frenar las construcciones a los alrededores del Río Pance; poco o nada hizo para combatir la minería en los cerros de Cali; poco o nada hizo por evitar la continua tala de árboles que ocurre diariamente en la ciudad ante la mirada cómplice de todos. Es más, este alcalde tuvo el descaro de construir una solución habitacional como Altos de Santa Elena, destruyendo la vegetación nativa de la zona y poniendo en peligro al río Mélendez. Tampoco hizo nada para evitar la invasión tanto de los asentamientos ilegales, como de aquellas lujosas construcciones estrato 4, 5, y 6 que están erosionando las bellas lomas que se alzan sobre la ciudad.

De la inseguridad y el desempleo ni hablemos. Ivonne se dedicó a regalarle a los inútiles Guardas Cínicos miles de millones de pesos por la ardua labor de hablar caca en los parques, mientras a la Policía le dio sólo limosnas. Si la Policía con recursos no sirve para nada, sin recursos mucho menos. ¿Y el desempleo?, ¡qué verguenza!: en Cali roza el 15%. Y si bien ese es un problema más de competencia del Gobierno Nacional, revela la postración en que está sumida esta ciudad.

A eso sumémosle  los $90 mil millones que se gastó Ivonne en un estadio que ya los vándalos hinchas del América se encargaron de volver mierda. Una cifra insólita si se considera que en otras ciudades apenas costó 20 mil millones de pesos. Pero bueno: ahora Ivonne borrará esos pequeños errores, embruteciendo al pueblo con una nueva versión de  la vulgar y narcotizada Feria de Cali. De seguro saldrá del CAM por la puerta grande. Falta ver con qué sale el honorable momio Rodrigo Guerrero

miércoles, 30 de noviembre de 2011

NAVIDAD HEDIONDA

Llegó otra vez la navidad. Pero desde septiembre pasado cientos de familias han atiborrado sus casas con las decoraciones alusivas a estas festividades. Y colgado en sus ventanas las emblemáticas lucecitas multicolores. Ya algunos son tan descarados que seguro las van a dejar instaladas hasta diciembre del 2012. Para mí todo ello no es más que una patraña. Si existe una época del año que deteste, es precisamente la navidad. Se supone que es una festividad religiosa en la que se celebra el nacimiento de Cristo. Pero los colombianos se han encargado de "paganizarla", convirtiéndola en la fecha propicia pa' parrandear y llenar sus panzas y venas con cantidades industriales de trago. No se puede negarlo: éste es un país de alcohólicos y esa condición está tan arraigada en los colombianos que aquel que se declare abstemio es visto como un bicho raro, como el mosco en leche, como la ficha que no encaja en el rompecabezas.

Sin embargo la Navidad no es la única celebración cristiana que es despojada de su carácter sacro. Observemos la Semana Santa, supuesta época que se debe dedicar a la reflexión y el recogimiento, pero que ha devenido en temporada vacacional, de relajo y hasta de desenfreno. Todos esos ejemplos dan cuenta de lo inútil que es la religión católica. Es la supuesta guardianas de la moral, el dominio de las pasiones, la abstinencia, pero  sus preceptos se tergiversan  para adaptarlos a las necesidades lúdicas  o de cualquier otra índole de los colombianos.

Ya llegó Navidad, época de la alegría, y yo, que soy un amargado, no puedo soportar las hediondas energías de toda la gente que sale a la calles y se agolpa en la zona del CAM,  para derrochar "alegría" y observar un carísimo e inútil alumbrado navideño. Menos soporto los perturbadores sonidos de la pólvora, su nauseabundo olor, y nunca entiendo cómo a pesar de estar prohibida nunca faltan los ordinarios que la consiguen y la hacen estallar en las narices de uno. Tampoco comprendo la hipocresía de una fecha en la que todos son amigos, compadres, se quieren, se adoran, se desean éxitos y bendiciones, mientras el resto del año se matan, se insultan, se odian, se ultrajan mutuamente de la manera más asquerosa. Los colombianos se comportan como una mierda durante once meses, pero en diciembre se llenan de buenos deseos, buscan a sus familias para compartir con ellos, proyectan objetivos que nunca cumplen el año venidero. Otro detalle de la navidad es que se mercantilizó; se convirtió en la fecha donde todo el mundo espera su regalito del Niño Dios. Por eso los comercios y empresas elaboran sus falsos jingles navideños donde hablan de todo lo bello de esta fecha, pero que de seguro están llenos de mensajes subliminales para incitar a la gente a consumir, consumir y consumir.

Lo único bueno de diciembre es que uno se puede deleitar con una rica natilla, un sabroso pavo relleno, una exquisita ensalada rusa, etc. Sin duda los placeres gastronómicos son lo único bueno que yo lo veo a la llegada de este despreciable mes.

Pero lo más asqueroso del asunto es que después de la Navidad viene esa maldita Feria de Cali, con su cabalgata llena de traquetos ordinarios, su bulla intolerable, sus borrachos insufribles y esa sofocante y hedionda energía que ha convertido en Cali en la supuesta Capital de la Alegría. Voy a tener que soportar una vez más como la cultura del narcotráfico se campea en las calles de Cali cada uno de los días en que esa malhadada Feria concentra la atención de todo el país.

Maldita sea la Navidad con toda su carga de falsa unidad, reconciliación, relajo y trago ventiao. ¿Y del pobre Cristo qué se puede decir? Nada porque en la celebración de su natalicio los colombianos se acuerdan de todo menos de él.

sábado, 12 de noviembre de 2011

PENÉPOLIS

Sonia no lo dudaba ni un instante: en el lugar donde había nacido no valía nada por ser mujer.  Penépolis se llamaba ese sitio  y allí las mujeres sólo tenían tres alternativas: ser amas de casa, ser empleadas domésticas o ejercer la prostitución.  Desde chicas se debían enfrentar a la terrible posibilidad de ser violadas por cualquiera al que se le antojara hacerlo porque dicho acto ni siquiera  estaba tipificado como delito en el código penal.  Ciudadanas de cuarta categoría, eso eran las féminas en ese villorrio miserable  y  sólo podían lograr cierto estatus si explotaban su dimensión puramente sexual.  Silvia, la hermana de Sonia, era un fiel ejemplo de ello: desde joven se dedicó a la prostitución y transformó su cuerpo para hacerlo lo más tentador posible a los ojos de los hombres.  Aumentó el tamaño de sus tetas, se sometió a varias  liposucciones y se convirtió en asidua visitante de los gimnasios;  gracias a ese ‘arduo esfuerzo’ logró atrapar a un hombre bastante acaudalado.  Sonia la odiaba profundamente porque encarnaba las perversiones de  un sistema social que para ella era terrible. Pero pensar así era un riesgo.  Semejantes ideas subversivas eran duramente castigadas en Penépolis.  El feminismo era perseguido y la homosexualidad masculina era condenada con la muerte. Las lesbianas eran obligadas a servir de meretrices en procura de curarlas de su 'enfermedad'.

El Gobierno de Penépolis estaba a la cabeza de un Alcalde cuyo despacho se situaba en  un enorme edificio en forma de falo ubicado en el centro de la ciudad. Todos los funcionarios públicos eran hombres, incluidos jueces y miembros de la Fuerza Pública. Y sólo los hombres tenían derecho a la propiedad privada y a la libre creación de empresas.  El acceso a la cultura era también su monopolio: las mujeres no podían ni siquiera aprender a leer.  Sin embargo los seres humanos siempre se las arreglan para burlar las dictaduras y varias mujeres de manera clandestina no sólo aprendieron a leer, sino que hacían circular panfletos que llamaban a la rebelión contra la dominación masculina. Sonia leía con fervor esos escritos virulentos e incendiarios. Y admiraba profundamente  a Petra, una guerrillera que durante años sembró el terror en las afueras de Penépolis emasculando a los de su sexo opuesto. Fue capturada y condenada a ser violada por una veintena de hombres que la volvieron pedazos.

Sonia  era fea y acentuaba su poco atractivo vistiéndose  desaliñadamente. Además era  lesbiana. Trabajaba haciendo aseo en la sede de Gobierno. Con los pocos centavos que ganaba pagaba el alquiler de una habitación miserable y gris, infestada de cucarachas, donde el  suministro de agua era interrumpido por horas enteras.  El 80% de las mujeres en Penépolis padecían esa misma pobreza.  Silvia casi nunca la visitaba. Pero cierto día decidió hacerlo pues tenía una propuesta que hacerle.  La voluptuosa hembra entró a la pequeña alcoba de Sonia sin poder ocultar la repugnancia que sentía.

_  Usted me da lástima -fue lo primero que atinó a decir-  Cada vez que la visito me alegro más de la vida que tengo.
_  ¿Si es así a qué viene?- replicó Sonia.
_  Necesito una empleada del servicio en mi casa. Necesito que sea usted, porque es la única persona de confianza que conozco.
_ No me interesa- contestó Sonia con rapidez.
_ Debería alegrarse de que le ofrezca salir de este maldito hueco. En mi casa va a estar mejor...  al menos es una casa limpia...
_  No me interesa. Yo no nací para ser una sirvienta, una esclava.
_  ¿Y acaso donde trabaja no lo es ya? Le parece muy digno lo que hace en la sede de Gobierno.
_  Al menos aquí tengo algo de independencia. Si aceptó su propuesta  voy a perder  la poca libertad que tengo.
_ Algún día se va a arrepentir de haberse dejado meter tantas cucarachas en la cabeza. Usted sabe que aquí a las rebeldes  les va muy mal.

Llena de cólera Sonia  le replicó a su hermana:
_  Algún día todo cambiará. No hay mal que dure mil años.
_  Ilusa, usted está buscando que la maten.
_  Pues yo prefiero la muerte a tener que seguir soportando esta situación miserable.

Un gesto de rabia  se dibujó en el rostro de Silvia y se marchó. De camino a su casa recordó que su marido era un ser grotesco, gordo,  agresivo, que  además la obligaba a besarse con mujeres, ingerir heces y a dejarse penetrar por decenas de hombres delante de él.

Sonia estaba decidida. No quería soportar más el yugo de los hombres. Estaba hastiada de tanta soberbia,  corrupción y egoísmo.  Sabía de la existencia de un movimiento clandestino que con ayuda de homosexuales cómplices en las Fuerzas Armadas había conseguido armas y explosivos, y de manera esporádica realizaba atentados bajo la consigna de reinvindicar los derechos de las mujeres.  El establecimiento fingía menospreciar esos actos de terrorismo,  pero vigilaba celosamente a las mujeres  para detectar cualquier brote de subversión. 

El detonante

En una ocasión Sonia salió tarde del trabajo.  Iba rumbo a su hogar cuando vio en la calle a un hombre, su esposa y su pequeña hija.  De repente el individuo empezó a gritar y agitar sus brazos. Al parecer le reclamaba a su compañera por algo. Se volvió un energúmeno y le asestó un fuerte a la mujer, tan fuerte que  ella cayó al suelo.  La niña rompió en llanto al ver la escena  y el  sujeto  decidió  patearla.  Por el lugar deambulaban muchos hombres y ninguno intercedió por las agredidas.  Algunos incluso se burlaban.  Indignada, Sonia salió en defensa de su género.  Pero el violento agresor apagó sus ánimos propinándole un puño que casi le desfiguró el rostro. 




Esa vivencia se grabó en su mente. Y a partir de entonces se  obsesionó con la loca idea de ver en ruinas el edificio en forma de pene erecto en donde trabajaba todos los días a cambio de una mísera paga.

Pasado un mes aproximadamente recibió una llamada inesperada:
_ Sonia...  estás interesada en servir de acompañante...  el pago no es mucho, pero te irá mejor que siendo aseadora.

Ella sabía que le hablaban en clave.  Sus peticiones habían sido escuchadas:  había sido invitada a una reunión del movimiento clandestino al que deseaba enrolarse.  Llegó a una casa vieja y  desvencijada.  Entró y alguien la condujo a un sótano.  Allí una mujer de aspecto indómito a la que llamaban "Yidis" arengaba a varios hombres y mujeres presentes:

_  Necesitamos un acción grande y contundente.  Necesitamos  atacar al símbolo de la tiranía. Nuestro objetivo es colocar una bomba en la sede de Gobierno.

_ Qué idea tan estúpida  -aseveró alguien entre la multitud- , eso es imposible, ese edificio está ultra protegido.  Nunca podremos atentar contra él.
_ Eso es falso -replicó Sonia- esa seguridad no es inexpugnable. El alcalde y los hombres que trabajan allí dan por sentado que nunca los van a atacar.
_ ¿Quién es usted?-  dijo la mujer que dirigía la reunión.
_ Soy Sonia, trabajo de aseadora en ese edificio.
_  ¿Y por qué está aquí?
_  Quiero pertenecer a ustedes. Odio a los hombres, los desprecio como no tienen idea. Yo estoy dispuesta a hacer lo que sea. A sacrificar mi propia vida con tal de acabar con este régimen.

Esas palabras sellaron su suerte. Pero había que probar qué estaba dispuesta a hacer. La primera prueba que debía superar era 'sencilla': seducir a un hombre para después castrarlo.  Sonia no era capaz de usar armas blancas, las odiaba. Así que les propuso a los miembros de la organización terrorista cambiar el método de castigo.

_  ¿Puedo quemarle el miembro con ácido o con fuego si es preciso?-  preguntó.
_  Adelante - contestó la líder, con un tono irónico. Le había hecho esa propuesta en broma y pensaba que nunca se atrevería a realizarla.

Al día siguiente Sonia se arregló lo más que pudo, logrando que aflorara en sí una belleza que todas las mujeres llevan oculta. Se lanzó a las calles y le hizo señas a los carros. Uno de ellos se detuvo.  Su conductor era un sujeto de aspecto vomitivo.  Era su cuñado.  Éste no la reconoció. Fueron a unas viejas cabañas. Ya dentro el sujeto encendió un viejo radio que emitía una música ensordecedora.  Luego se apuró a consumar el acto sexual.  Sonia opuso resistencia.  El hombre decidió forzarla. En ese instante la aterrada mujer sacó una pequeña daga que había escondido en su falda y la enterró en el cuerpo de su cuñado.  Éste lanzó un alarido que se perdió en medio del ruido que inundaba la habitación. Tras la primera puñalada, vinieron muchas más.  Sonia fue incapaz de emascular ese cuerpo ensagrentando.  Asustada salió del sitio  y huyó en el auto de su cuñado que por fortuna tenía vidrios polarizados.
Muchos pensamientos se cruzaban por su mente. No había logrado superar la prueba en su totalidad.  No había tomado fotografías  que probaran el acto. Además se cuestionaba haber cometido un crimen tan terrible.  Había actuado con la misma perversidad que tanto le reprochaba a los hombres.  Pero una voz en su interior le decía que no sintiera culpa y que recordara  la pobreza en la que vivía, los abusos que había sufrido y de los que había sido testigo.

Un sueño cumplido
_  Cuando se lo propuse le hablaba en son de broma. Pero fue capaz.
Esas fueron las palabras de Yidis al ver a Sonia. El crimen era de conocimiento público. Las autoridades habían encontrado el arma asesina y por las huellas dactilares supieron que era Sonia la responsable de la muerte de su propio cuñado.
_ Ahora tendrá que vivir escondida –le dijo Yidis- haremos lo posible por mantenerla oculta… Nunca pensé que usted fuera capaz…
_  ¿Y ahora qué sigue?- interpeló Sonia.
_  Eso ya lo veremos.  ¿Tanto odia a los hombres?
_  Sí.
_  ¿Sabe?,  la admiro.  Se necesita tener agallas para hacer lo que hizo. Si la atrapan no se imagina lo que le pueden hacer.  Una mujer criminal para los hombres es una afrenta para su ego.  Y mucho más una que se aprovechó de la lujuria de uno de esos machos para matarlo. Esa osadía los hombres no la pueden tolerar. Sabe una cosa, dentro de poco asestaremos un gran golpe.

El silencio se apoderó del espacio clandestino en el que estaban. Luego tímidamente Sonia masculló:  "¿Cuál golpe?"  y recibió un "Ya sabrá" como respuesta.

Durante un breve lapso Sonia se dedicó a  labores menores dentro de la organización como repartir panfletos.  Pero a pesar de que tenía que vivir en las sombras y huyendo de todos se sentía más libre que nunca.  Dizfrazada como una indigente burlaba a esa sociedad machista que la perseguía. En las noches repartía esos pasquines cuya lectura tanto la había apasionado. Pero su suerte estaba echada. De nada le sirvió cortarse el pelo, vestirse como un hombre andrajoso y andar sucia y descalza. Las autoridades la capturaron. Era el 16 de marzo, día de su cumpleaños



Lo que ignoraba Sonia  es que camaradas suyos habían fraguado durante mucho tiempo ese golpe definitivo del que había sido advertida hace poco. El plan era simple: el grupo terrorista encontró un aliado en un piloto homosexual dispuesto a sacrificarse por la causa feminista y libertaria. Ese 16 de marzo debía pilotear un avión con varios ejecutivos que viajaban para participar en  una orgía con prostitutas de una ciudad vecina. 


Mientras el avión despegaba, una patrulla policiaca, con Sonia en su interior, partía hacia la sede de Gobierno.  Al parecer el Alcalde había ordenado ejecutar a la guerrillera frente al emblemático falo gigante.  Miles de mujeres serían testigos de su muerte  para ver si así escarmentaban y abandonaban sus ideas subversivas.  Mientras la patrulla se acercaba al patíbulo el avión cambió la ruta fijada y se dirigió a la sede de Gobierno.  Minutos después Sonia disfrutó  la imagen más bella que había  podido contemplar en toda su vida.  Un ave blindada de metal se estrelló contra el pene gigante que terminó desplomándose ante el fuerte impacto. Un gozo para el alma. La castración para un sistema injusto y esclavista.

Fue la última imagen que observo Sonia. Ella fue asesinada y después del atentado se inició una persecución feroz que  aniquiló a todas las mujeres y hombres que pertenecían a su movimiento.

lunes, 7 de noviembre de 2011

REGGAETON

Recuerdo que en 2003 una canción irrumpió con fuerza en el escenario musical colombiano. Si no estoy mal se llamaba Felina y era un tema exponente de un nuevo ritmo, el reggaetón. Algunos dijeron que sería una moda pasajera, pero desgraciadamente hoy, ocho años después, esa música del demonio sigue vigente y tal parece que su extinción no va a ocurrir en el corto plazo. ¿Pero por qué esa porquería sigue sonando con tanta fuerza? Pues precisamente por eso, porque es una porquería hecha a la medida de la bajeza de los seres humanos que son, dicho sea de paso, otra porquería.

En efecto el reggaeton ha sido exitoso porque ha explotado las fibras más bajas del gusto musical de la gente. En primer lugar es un ritmo mediocre instrumentalmente hablando; de hecho todas las canciones del reggaeton, cuando se oyen a lo lejos, suenan igual, con ese mismo golpeteo incesante que perturba la calma de los más pacientes. No se necesita ser un Mozart para producir reggaeton y tampoco hay que ser un virtuoso de la música para comprender ese género o más bien degénero. Y tampoco hay que ser un tenor, ni siquiera ser un cantante medianamente bueno para interpretar canciones tan nauseabundas como la "zunga zunguera", entre otras. Por eso Colombia se ha llenado de mediocres con cabeza rapada que se lanzan a ser reggaetoneros porque saben que para ese tipo de música no se necesita tener talento. Y como a la gente le da pereza pensar, oyen reggaeton porque es elemental y no demanda mayores essfuerzos intelectuales.

Por otra parte el reggaeton es una música violenta y fuertemente ligada a la sexualidad. Las mujeres en el reggaeton se convierten en putas que sólo tienen valor desde su dimensión sexual. Como ya dije antes el reggaeton es una música para desfogar pasiones bajas al ritmo de ese golpeteo agresivo que crispa los nervios. Y como el ser humano es proclive a las bajas pasiones, a la violencia y a una líbido desbordada, por eso ve en el reggaeton un ritmo con el que se identifica y sintoniza.

Por ello, mientras el humano siga siendo humano y el adolescente siga siendo adolescente, es decir, que continúe siendo burdo, bruto, elemental, agresivo, arrecho y mediocre, el reggaeton seguirá haciendo retumbar nuestras casas, nuestros oídos y nuestras almas. Ese degénero no es más que un termómetro de lo bajo que ha caído nuestra sociedad. Ojalá que algún día los colombianos, en especial los jóvenes, despierten de ese letargo y releguen ese género de mierda al rincón más recóndito del olvido y el desprecio. Por desgracia al parecer para ello tendrán que pasar mil años.

jueves, 27 de octubre de 2011

Demasiado tarde

Uno de los más graves problemas que padece Cali es la invasión de negocios de todo tipo en zonas eminentemente residenciales. Ese fenómeno obedece a la pobreza y al desempleo que empujan a muchas personas a emprender negocios por cuenta propia. Pero una cosa tener por vecino a alguien que montó una peluquería o una papelería, y otra muy distinta soportar en una zona residencial la molesta presencia de estancos, discotecas, moteles y prostíbulos. ¿Quién diablos tiene por qué aguantar que la tranquilidad de su hogar se vea perturbada por borrachos, escándalos, música a niveles estridentes, riñas y hasta escenas obscenas?

Es entendible que para un alcalde sea muy difícil controlar la proliferación de negocios en zonas residenciales  en una ciudad donde campean la pobreza y la falta de oportunidades. Pero lo que no es fácil de aceptar es que ese mismo Alcalde permitiera, durante sus cuatro años de gobierno, que tantos barrios tradicionales de Cali hoy se hayan convertido en zonas de tolerancia

Jorge Iván Ospina anuncia ahora, faltando dos meses para que abandone el cargo, algo que resulta obvio: la existencia de un cartel en Planeación Municipal que cambió fraudelentamente los usos de suelo en numerosas zonas de la ciudad con el fin de permitir en ellas el establecimiento de todo tipo de antros de mala muerte. Los funcionarios de Planeación incurrían en el ilícito a cambio de millonarias sumas. Y he allí la causa de que barrios  como el Limonar, El Peñón, etc, hoy sean las nuevas zonas rosa de Cali.

Que algo muy torcido estaba pasando con la adjudicación de licencias para establecer bares, grilles, tabernas y demás lupanares de mala muerte en zonas donde no estaba permitido, era algo que saltaba a vista. Y sin embargo el Alcalde en cuatro años de gobierno fue incapaz de ponerle coto a esta situación que hoy se convierte en una de las peores herencias que le deja a la ciudad. Muy bien que haya descubierto al cartel responsable de este caos.... pero debió hacerlo hace mucho tiempo.

miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Por quién votar?

Dentro de poco se sabrá quiénes tomarán las riendas del Valle del Cauca y su capital, Cali. Este 30 de octubre conoceremos si el Departamento continuará en las garras de la corrupción y el saqueo del erario público, dos males encarnados en la figura de Juan Carlos Martínez. En el orden departamental hay poco de dónde escoger: un abánico de candidatos grises que no generan mayor emoción. Todo está dado para que Hector Fabio Useche sea el elegido, lo cual resultaría nefasto porque él es la ficha del ex senador Martínez, ese cacique hoy preso por parapolítica que continúa manejando los hilos de la política vallecaucana tras las rejas y que dejó claras sus "convicciones" políticas al decir que a una alcaldía y una gobernación se le podía sacar más plata que a un embarque de cocaína. Si gana Useche, en el Palacio de San Francisco continuarán reinando las fuerzas  responsables del descenso en la categoría fiscal del Valle debido al maltrecho estado en que quedaron sus finanzas.

Si gana Useche, ganará el PIN, el Mío y demás espúreos movimientos que han reclutado en sus filas los peores excrementos de la política, llámese candidatos cuestionados a los que les retiraron o negaron el aval en otros partidos o simplemente herederos de los votos de parapolíticos. Con la victoria de Useche llegará al poder el responsable de que el Hospital Siquiátrico pasará de tener un superávit a quedar con serios problemas financieros. Pero el problema es que Useche no tiene  contendores. Sus rivales son grises personajillos representantes de los desteñidos partidos liberal y conservador que no parecen dar la talla para sacar al Valle de su postración. El partido Verde no existe. A este remedo de movimiento político poco le importó sacarle provechó al apoyo ciudadano que logró en las pasadas elecciones presidenciales; no buscó candidato propio ni a Alcaldía, ni a Gobernación, y terminó plegándose a movimientos políticos tradicionales. La tal Ola Verde resultó ser una insignificante onda que se esfumó en el mar de la política.

Para ganar la Alcaldía  el aspirante más opcionado parece ser Rodrigo Guerrero, un disidente del partido Conservador apoyado por poderosas élites económicas de la región y que se echó al bolsillo a importantes medios de comunicación. No me convence del todo, pero parece ser la mejor opción porque tampoco tiene contendores. Milton Castrillón, uno de sus rivales,  es un personaje oscuro cuyo nombre salió a relucir en el escándalo por la malversación del dinero del programa de cobertura educativa. Además la Procuraduría lo investiga porque supuestamente recibió sobornos de empresarios para hacerle una modificación al Pot que permitiera construir estaciones de gasolina en sitios donde no está autorizado. Y en cuanto a María Isabel Urrutia, queda la duda si el peso de manejar una ciudad no le quedará demasiado grande.

Cali necesita un buen alcalde que sea capaz de reducir las altos índices de homicidio que se registran en la Ciudad; que sea capaz de sacar a las megaobras del limbo en el que están porque se acabó la plata para financiarlas; que le dé una solución real a la pobreza y al desplazamiento, dos fenómenos que crecen desmesuradamente sin que se les ponga freno; pero sobre todo que le inyecte a los caleños una buena dosis de cultura ciudadana para desterrar la anarquía y la intolerancia que reinan en la ciudad.

Desafortunadamente no hay mucho de dónde escoger.

miércoles, 27 de julio de 2011

No más procreación

En este país deberían dejarse de maricadas y aprobar los matrimonios entre parejas del mismo sexo y su derecho a adoptar.  Sobre esta última posibilidad, los opositores arguyen que un hijo criado por homosexuales crecería en un ambiente licencioso e inmoral y, lo que es más grave, correría el riesgo de 'contagiarse' de las mismas tendencias sexuales de sus padres putativos. Y no hay nada que atormente más a un macho que la homosexualidad, porque esa condición pone en riesgo el poder que ha detentado por centurias. Desde tiempos innmemoriales son los hombres los que han tenido las riendas de la historia, los que han gobernado, los que han impuesto las reglas y el hecho de que la homosexualidad se propague como una epidemia agrieta los cimientos de ese statu quo.

Ellos desgracidamente fueron dotados con más fuerza física que la mujer y se han valido de ella para imponer la voluntad; pero también se han encargado de endurecer su alma y liquidar su sensibilidad. Así oponen la crueldad, la sevicia, el autoritarismo, a los valores débiles de la femineidad. Un hombre gay subvierte ese orden de cosas, y pone en peligro la dictadura del varón.

Por otro lado la unión entre dos hombres y dos mujeres niega la posibilidad de la procreación. Es decir que la difusión de la homosexualidad es la negación, el suicidio de la especie humana. Y los hombres son tan soberbios que no toleran la idea de desaparecer de la faz de la tierra en la que han mandado y han destruido sin reparo. En su oposición a la concepción de una familia compuesta por dos papás o dos mamás no hay más que hipocresía que queda desnuda ante la realidad. La familia como institución es un concepto inexistentes en Colombia que se debe revaluar. Los porcentajes de papás que abadonan a sus hijos, o los violan o los matan hablan por sí solos. ¿Se nos olvidó acaso la historia de Luis Santiago, el niñito asesinado por su padre heterosexual? ¿Se nos olvidan los casos de niños obligados a ser mendigos o prostitutos para que le colaboren económicamente a sus progenitores? ¿Se nos olvida que la mayoría de bebés nacidos en este país son hijos no deseados?

¿Qué ganamos defendiendo la procreación? ¿Acaso no es evidente que uno de los principales problemas de Colombia y el mundo es el exceso de población? Entre más gente sea procreada, más van a ser arrasados los recursos naturales, menos va alcanzar el agua para calmar la sed de tantas bocas y los productos para alimentarlas. Entre más gente allá, habrá más contaminación, más bosques arrasados y más pobreza en las calles, porque los principales reproductores de las sociedades siempre son los pobres. Esas son las consecuencias de haber defendido a ultranza la idea de la familia, que sólo encierra la estúpida necesidad de una especie de perpetuarse. Ojalá el mundo se llene de parejas de gays para controlar tanta sobrepoblación y que adopten a los pobres niños violados, torturados y abandonados por sus papás heterosexuales.

jueves, 14 de julio de 2011

La Pola

Hace tiempo una telenovela no lograba atraparme como lo ha hecho 'La Pola, amar la hizo libre', producción de época que recrea la vida de la heroína de La Independencia Policarpa Salavarrieta. La novela no pretende ser un documental histórico, sino que mezcla una interpretación libre de hechos de la historia colombiana a principios del Siglos XIX con elementos de ficción. Pero ello no hace mella en su calidad y factura. Una interesante apuesta fotográfica, vestuario y locaciones bien cuidados, unas buenas actuaciones. Pero lo que de verdad me cautiva de esta novela, es su protagonista, interpretada por la actriz caleña Carolina Ramírez.

Y logra atraparme porque  es la encarnación de lo que le hace falta a la mayoría de colombianos: ideales, convicciones, deseos de luchar por una causa. La Pola es una mujer obsesionada con liberar a su patria del yugo español y acabar por fin con las odiosas distinciones que hacen inferiores a "las gentes" por su raza, su género o su linaje. Siguiendo los patrones del melódrama, las convicciones de La Pola resultan ser, según la novela, alimentadas por el deseo de consumar su amor con Alejo Zabaraín, un joven blanco de padre español que no puede casarse con ella por ser ésta de sangre sucia. Pero uno también puede percibir que tras ese deseo de liberar a su patria, se esconde el profundo rencor que la heroína siente por los españoles. Sea el amor o el rencor el motor de su lucha, lo cierto es que no deja de sorprender, por más que sea un personajes de televisión, ver a una mujer con tantas agallas, con una filosofía de vida tan clara y libre de intereses egoístas, y con uno ideales que no está dispuesta a vender.

Y cómo no sentirse extasiado, cuando se vive en un país donde a la gente, como pasa con los taxis, sólo la mueve la plata, la ambición, la sed de poder. No más ver los supuestos "ejércitos del pueblo", auténticos carteles del narcotráfico que se disfrazan con un camuflado y enarbolan la lucha contra la opresión y la injusticia social para mantener vivo su negocio ilícito. Qué ideales va a uno a ver en unas guerrillas que hablan de lucha social, cuando sólo los mueve el afán de enriquecerse con la minería ilegal, el secuestro. Qué ideales va a ver uno en paramilitares que dicen proteger a la gente de los abusos de la subversión, cuando en realidad sólo defienden intereses de terratienientes, mafiosos, empresarios y cultivadores de palma. Que convicciones se pueden rastrear en unos seudo hinchas del fútbol, que se valen del supuesto amor a ese deporte para justificar sus asesinatos.

En Colombia nadie tiene convicciones, nadie tiene genuinos ideales, nadie tiene una bandera por qué luchar. Y si los tienen, son ideales tan fatuos como tener cuerpos musculosos, o ponerse tetas. Por eso La Pola es inspiradora.

Por otro lado esta producción televisiva ofrece elementos que enganchan al espectador. Su historia es ingeniosa. Muestra a los grandes próceres de La Independencia como seres mezquinos cuyos intereses son lejanos al bienestar de la patria, rompiendo así con ls imágenes impolutas que reproducen los libros de historia. Camilo Torres es mostrado como un engendro elitista que persigue  la emancipación de los criollos, pero sólo si son acaudalados. En pocas palabras poco lo importa redimir de la pobreza a la mayoría de los neogranadinos, mientras los españoles americanos que hayan amasado fortuna sean tratados con igual deferencia que los españoles nacidos en la península Ibérica. Jorge Tadeo Lozano es mostrado como un guiñapo que no tiene reparos en posar sus ojos en la mujer de Antonio Nariño. La imagen de este último quizás es en exceso idealizada: lo muestran como un prócer pulcro, un dechado de virtudes que sólo buscar el bienestar de la gente. Quién sabe que tanto se ajusta ese perfil a lo que fue él en realidad.

La Pola es una historia vibrante llena de traiciones y envidias. Pasan a segundo plano las imprecisiones históricas en las que incurre, porque su trama se aleja de las recetas impuestas por los culebrones. Lástima que el canal RCN la haya relegado a un horario ofensivo. Queda la duda si la historia que durante mucho tiempo gozó de buena audiencia, aburrió a los televidentes. O sencillamente sacrificaron una buena producción para darle espacio a chabacanas historias de costeños, mulas del narcotráfico y una patética versión colombiana de Grey's Anatomy que cada vez pisa más el terreno del absurdo.

Ojalá algún día este país se llené de Polas y Polos, cuyo ideal no sea sólo llenar sus bolsillos de plata; hombres y mujeres que tengan ideales y sean capaces de ofrendar su vida por ellos.

miércoles, 1 de junio de 2011

La Ola Verde

Nunca me deja bañar por la Ola Verde. No me dejé hipnotizar por un fenómeno mediático que movilizó a miles. Y todo porque para mí el Partido Verde fue y es una colectividad sin una ideología precisa. Recordando la campaña de Mockus a la presidencia, sus propuestas concretas para enfrentar problemas como el del desplazamiento -por citar un ejemplo- eran inexistentes. En pocas palabras no tenía un programa de Gobierno. Su éxito radicó en saber repetir hasta el cansancio unos eslóganes que resultaban muy tentadores. Se convirtió en un adalid de la lucha contra la corrupción y el 'todo vale', una estrategia de la que ya han hecho mano otros políticos.

Pero eso no quiere decir que se deba deslegitimar el postulado de enfrentar el 'todo vale'. Sin duda alguna la transparencia y pulcritud en el manejo de los recursos públicos es una necesidad apremiante de nuestra nación, así como también enfrentar esos rezagos de la cultura mafiosa que enseña que los medios más bajos son válidos para llegar a un fin. A los colombianos les falta mucho de temperancia, de domeñar sus pasiones y, sobre todo, de dejar a un lado su proverbial mezquindad y respetar la integridad de sus semejantes. Colombia es un país donde nadie respeta a nadie, donde todo el mundo se pasa por la faja las más elementales normas para que todos podamos vivir en armonía; Antanas supo capitalizar esas carencias a su favor y allí radicó su éxito

Pero no hay que confundirse. El Partido Verde es una colcha de retazos. Acoge en su seno a un izquierdista arrepentido como Lucho Garzón, A un tecnocráta uribista como Peñaloza, y a un individuo cuyo mayor capital políítica es su sonrisa digna de un comercial de pasta dental, como Sergio Fajardo. Es un Partido sin identidad y sin credo que explotó las ansias de muchos de un país más ético, pero que ahora se desintengra precisamente por no tener factores que lo cohesionen. El apoyo de Uribe a Peñaloza desnudó la fragilidad del movimiento y lo tiene en estado de coma.

No tomar partido tiene sus desventajas. Por más que uno proclama ser de centro, siempre se inclinará más a la izquierda o a la derecha. El Partido Verde fue una burbuja que reventó. Lo triste es que el Polo, también naufragó por cuenta de los escándalos en Bogotá. Y los colombianos quedamos a merced del unanismo político de la Unidad Nacional. ¿Qué tan conveniente será esa situación?

martes, 31 de mayo de 2011

¿Cuándo?

¿Quién será el dueño de la verdad con respecto al virus del VIH? Quienes están contagiados se enfrentan a una horrible encrucijada: en frente tienen dos caminos y ambos los llevarán a la muerte. La única diferencia es que uno de esos senderos simboliza una muerte lenta. Los horribles antirretrovirales son la única medicación que existe para combatir la infección. Pero lo que se encuentra en Internet sobre estas medicinas desalienta a cualquiera que quiera ingeririrlas. El AZT, por ejemplo, fue ensayado como medicina para tratar diversos tipos de cáncer, pero su grado de toxicidad fue tan alto que decidieron descartarlo. Años después apareció como la panacea para los seropositivos, quienes al ingerirlo tienen que soportar sus nefastos efectos secundarios: mareo, vómitos, malestar general. La droga puede llegar incluso a destruir el hígado y la médula ósea, o al menos eso dicen algunos sitios de Internet. El AZT y los otros antirretrovirales supuestamente impiden que el virus se replique en la células cd4, es decir, retrasan el debilitamiento del sistema inmunológico que finalmente da pie al desarrollo del Sida. No es una cura, simplemente es un paliativo fastidioso que retrase el momento de la muerte. Pero el seropositivo que se abstenga de tomarlo, se expone a que sus defensas caigan en caída libre y finalmente muera.

En pocas palabras el destino para un seropositivo siempre será la muerte, bien sea lenta o acelerada. ¿Cuál es el camino correcto: tomar los antirretrovirales o renunciar a ellos? Hay tanta información contradictoria. Algunos sugieren que el VIH no existe, que nunca ha podido ser aislado según los protocolos establecidos; aseguran que no existe prueba que pueda detectar el virus como tal y la supuesta carga viral sólo localiza fragmentos del virus, más no éste en sí. ¿Quién tendrá la razón? ¿Sera el VIH una farsa orquestada por las empresas farmaceúticas para lucrarse gracias a unos medicamentos que realmente no sirven para nada, sino que por el contrario empeoran la calidad de vida de los supuestos infectados? ¿Por qué  30 años después de descubierto este virus no existe una cura o vacuna definitiva y en cambio se encontró en tiempo récord un remedio para el AH1N1? ¿Por qué hay tantas sombras que envuelven este virus?

Por otro lado, ¿y si el virus en verdad existe?. Y los abstencionistasen realidad le están haciendo un gran daño a los enfermos convenciéndolos de que es un mito y persuádiéndolos para que no busquen tratamiento. Qué tal que por creer ciegamente en una teoría, el infectado permita que el virus lo destruya poco a poco. Pero, ¿vale la pena vivir esclavizado a una droga? ¿vale la pena supeditar la prolongación de la existencia al consumo de medicinas con graves efectos colaterales? ¿Cuándo se va a saber toda la verdad del VIH y permitir a los infectados acabar con una zozobra que es más desgastante que la propia enfermedad? ¿Cuándo?

domingo, 15 de mayo de 2011

LA INSPIRACIÓN

Renzo había llegado a ese punto en que se pierde la inspiración para escribir. O quizás había llegado a una instancia en que agotó todos los temas que lo empujaron a tomar un lápiz y llenar de trazos decenas de hojas de papel. Había contado todo lo que tenía por contar y por ello dejó de escribir, porque si lo hiciera sería un acto mecánico y poco espontáneo. No quería caer en la trampa de expresar en un papel ideas impostadas y artificiales, pero tampoco deseaba dejar de escribir porque sentía que al hacerlo se liberaría de muchas ataduras que lo angustiaban.

Corrió entonces a un bosque en procura de hallar a una musa que resucitara su inspiración. Caminó debajo del follaje de inmensos samanes y ceibas cuyas ramas más altas se entrecruzaban formando una hermosa catedral que lo cobijaba con su sombra. Aspiró y llenó sus pulmones de un aire fresco que por un momento le hizo olvidar que su cuerpo se podría lentamente. Pero la musa que tanto anhelaba no corría en su auxilio. Renzo se sentía vacío. Era como si alguna fuerza extraña hubiese succionado su alma, dejando un cuerpo hueco que sólo esperaba la muerte. Sus ojos se llenaron de lágrimas que corrieron por sus mejillas hasta llegar a su boca y embargarla de un sabor salado. Hace mucho tiempo que no lloraba y era un desahogo poder hacerlo. Llevo una de sus mano hacia el frío suelo. Sintió la humedad de la tierra y se sintió excitado por un extraño placer. Movió su mano derecha sobre la hierba y de repente sintió una textura distinta a la que hasta ahora había percibido. Se trataba de un objeto plano y macizo: era un libro.

Era extraño encontrar un libro tirado en medio de lo más profundo del bosque. "Quizás en sus hojas esté la inspiración que busco", pensó Renzo. No podría ser casualidad que buscase afanosamente una musa y encontrara un libro en un sitio inhóspito sin ninguna explicación lógica. En ese libro tenían que estar consignadas las ideas que reverdecerían su inventiva. Abrió el hallazgo y empezó a leer: "el ser humano es una mezcla de animal y ser racional, lo que lo vuelve un ser inestable y presa de sus pulsiones primarias que utiliza su inteligencia para satisfacerlas. Es un ser egoísta que siempre busca su propia comodidad  aún a costa de los demás. No le importa destruir a otros si ello le ayuda a procurarse sus placeres: por eso es un ser más inclinado a la maldad que a la bondad. El ser humano es complejo y en él se mezclan la humanidad, la compasión, pero también las depravaciones, el odio, los placeres infames. Infortunadamente en esa batalla de sentimientos que se libra en cada ser humano, siempre salen vencedoras las pulsiones más malsanas. Hace poco leí una noticia en la prensa que daba cuenta de la historia de una niña de dos años violada por su padrastro; como consecuencia su recto y sus riñones quedaron destrozados".

El libro no tenía autor. No había datos que indicaran la fecha de impresión, la editorial. Sólo estaba el cuerpo del libro llenó de reflexiones que Renzo ya conocía. Cerró sus páginas y miró al cielo. Dirigió su vista al texto y reaunudó la lectura: "pero la maldad no sólo se revela en esos actos monstruosos, sino también en las pequeñas acciones cotidianas. Siempre que viajo en el transporte público me indignó al ver el oportunismo y el carácter ventajoso de los hombres. Hacen hasta lo imposible por asegurarse un asiento donde posar sus sucias nalgas. Y aunque haya una anciana junto a ellos, no se preocupan en cederle el puesto porque sólo les interesa su propia seguridad y la garantía de ir cómodos. Esa acción aparentemente insignificante encierra toda la mezquindad y egoismo del ser humano"

"Pero no te engañes si piensas que soy un moralista con una trayectoria vital intachable. En mi mente se anidan los pensamientos y obsesiones más repugnantes que te puedas imaginar..."..

Justo cuando leía esa aparte el aire empezó a enrarecerse, el cielo se puso oscuro. El bosque se tornó amenazador. Los árboles ya no parecían guardianes de la naturaleza, sino gigantes perversos. Todo se volvió cada vez más oscuro y entre esas tinieblas empezaron a vislumbraban ojos de gato que miraban penetrantemente. Todos los monstruos que habitaban en el alma de Renzo emergieron de su boca su nariz y sus oidos y  empezaron a girar en el aire a grandes velocidades.

"He tenido la obsesión de violar a la mujer. -continuó Renzo con el relato-. Me he sentido atraido sexualmente hacia niños. He tenido deseos de asesinar a gentes que despiertan en mi odio y desprecio. En mí mente he cometido las aberraciones más terribles, los abusos más infames, las acciones más sangrientas. He mutilado cuerpos, los he acuchillado, he abalanzado sus cabezas sobre macizos muros; incluso he acometido ese crimen con mi propia madre. Sí, mis aberraciones no respetan ni a los seres más cercanos a los cuales se les debe rendir tributo de amor y respeto. Mi creatividad mental no tiene límites en cuanto a idear posibles actos innobles que confesar ante un polígrafo y luego revelar en un absurdo programa de televisión, ante un público que se burla y escruta. 21 preguntas que dan cuenta de lo más ridículo, patético, criminal, innoble y desvergonzado de un individuo".

Renzo cerró el libro y sintió rabia. El libro no le había dado inspiración. Estaba lleno de reflexiones que conocía de memoria. Él ya sabía que el mundo estaba podrido, y él mismo también lo estaba. También había deseado matar y violar. Y para echarle tierra al lado oscuro de su  vida trataba de servir a los demás, hacía voluntariado en fundaciones, ayudaba económicamente a sus parientes. O simplemente leía confiado en que el cremiento intelectual lo redimiría.

Tiró el libro a un lado y decidió marcharse. De inmediato volvió a salir el sol. Los monstruos retornaron a su cuerpo y los gatos cerraron sus ojos. Renzó comprendió que estaba condenada a escribir siempre sobre lo mismo.

jueves, 5 de mayo de 2011

¿De qué escribir?

¿De qué escribir?. Por meses se me va la inspiración. No me nace llevar mis dedos al teclado y llenar una pantalla de letras. Siento que si lo hago sería un esfuerzo mecánico e hipócrita. ¿De qué escribir? De Dios. De ese dios perverso que habita en los cielos y cuyo espíritu voyeurista lo lleva a sentir placer de lo que ve en el mundo. Él es todopoderoso y todo lo ve y lo escruta, por tanto ve a la mujer que es violada; al niño que es maltratado; al patrono que abusa de su poder; al hombre honrada al que le hurtan sus pertenencias; al ser noble que es humillado, condenado a las más horrendas burlas. Las injusticias ocurren ante sus ojos y no interviene porque ellas lo llenan de un gozo morboso y perverso. Es un ser depravado que se regodea con la miseria humana, que se siente excitado al ver como sus creaciones despliegan lo más bajo de sus pasiones como si aquello fuera una macabra obra de teatro hecha para el divertimento sólo de Él.

Pero no hablemos de ÉL. Hablemos de los recuerdos, esos horrendos lastres que pesan toneladas y hacen imposible el vivir. Los ahí de todos tipos. Están los recuerdos de nuestros actos innobles, de nuestros pecados, nuestros abusos, nuestras bellaquerías; aquellos que se convierten en una culpa que se clava en nuestro ser como una daga y que reducen a escombros el pedestal moral sobre el que nos levantamos para sentir que merecemos vivir en el mundo. Esos recuerdos arriban a la memoria, salen de un escondite en el subconciente y nos recuerdan  que somos una basura sin valor alguno.

Están también los recuerdos de los momentos en que hemos hecho el ridículo. Imágenes de las veces en que cometimos una torpeza, fuimos el objeto de las burlas. Recuerdos de los momentos en que otros han abusado de nosotros, nos han tendido en el suelo como un tapete y nos han pisoteado. Cuando esos recuerdos inundan la mente, poco a poco nos empequeñecemos. Nuestro orgullo se desvanece y sentimos que somos muy poca cosa. En alguna parte del corazón nace entonces la rabia, el deseo de vindicar el honor herido, las ansias por vengar la afrenta. Nos llenamos de un odio que nos lleva a desear matar a quien o quienes nos humillaron. Ese odio es una manera de enfrentar esa debilidad que fue aprovechada por otros para humillarnos. El odio nos da una falsa ilusión de fuerza.

Y están los añoranzas. Esos recuerdos deliciosos de los momentos más felices de nuestra vida. Momentos en que vencimos a la Ley de Murphy y las energías malsanas que nos quieren ver desgraciados, y disfrutamos de alegría rebozante. Son recuerdos bellos, que, se convierten en alma de doble filo, porque cuando llegan a nuestra mente y constatamos que no se han repetido ni se volverán ha repetir, nos sentimos miserables. Nos llenamos de decepción al pensar en esos instantes de gloria y compararlos con nuestra gris situación actual.

Por últimos están unos recuerdos extraños: aquellos que se archivaron en el subconiente y nunca emergen. Sabemos que vivenciamos ciertas cosas, pero ya no las recordamos con claridad. Son como un bache en la mente que nos llena de angustia. Sabemos que nos marcaron, como, por ejemplo, los malos tratos del padre, pero por una razón u otra parece que se hubieran borrado del corazón o la memoria.

jueves, 7 de abril de 2011

La rabia en el corazón

Produce rabia en el corazón, como el título del libro de la ex rehén Íngrid Betancourt, que los medios y ciertos sectores de la sociedad se empeñen en mostrar a las universidades públicas como campamentos guerrilleros. A lo mejor tras su campaña subyace el interés de que la educación superior pase a manos privadas, y que sólo tengan acceso a ellas los más pudientes. Así se perpetuaría el statu quo de una pequeña minoría privilegiada y rica tomando las riendas del país. Aunque claro, siempre está la opción de que el padre empeñe hasta los calzones para pagar el crédito del Icetex que le permitió a su vástago hacer una carrera de pregrado.

Pero para desgracia de sus detractores, las universidades a cargo del Estado que ofrecen educación subsidiada no son un favor o una limosna, sino un derecho. Una posibilidad para democratizar el acceso a la educación, para cultivar la mente y prepararse profesionalmente sin que ello signifique quedar en la ruina. No es justo que la posibilidad de ser profesional le esté vedada al que no tenga los cinco o seis millones que cuesta un semestre en una universidad privada. Ni qué decir de los otros servicios que una universidad como la del Valle ofrece a sus estudiantes: servicio médico de calidad que saca en apuros al que no quiera enfrentarse a la ineficiencia de las EPS; o la posibilidad de almorzar a un costo ínfimo.

Por supuesto que las universidades padecen problemáticas que no se deben desconocer. Constantes paros y suspensiones en el calendario académico y actos que se salen de proporción como el cometido por encapuchados de la Universidad Surcolombiana que incineraron vivos a miembros del Esmad. La violencia  y los actos de sevicia que van en contravía de la razón de ser de un alma máter son condenables. Pero causa una honda molestia que los medios y la sociedad, así como linchan públicamente a las universidades por estos actos vergonzosos, no condenaron -y ni siquiera mencionaron- el asesinato dentro del campus de Univalle del estudiante Jhonny Silva presuntamente a manos del Esmad.

Son muchos los temores que genera  la reforma a la Ley 30 que ha propuesto el Gobierno Nacional. Produce molestia que para obtener financiación para una investigación sea preciso que ésta genere lucro. En pocas palabras miles de proyectos de investigación se quedarán sin posibilidad de desarrollarse por no ser rentables. En ese orden de ideas, no está lejos el día en que clausuren carreras como litetatura, sociología, filosofía, música, artes plásticas, canto lírico, porque no tienen fácil anclaje en el aparato productivo. Ya nos impusieron un ecaes que atenta contra la libertad de cátedra porque estandariza los criterios para evaluar la educación. Por ejemplo, cuando hice el ecaes de mi carreras abundaban preguntas sobre comunicación organizacional; en pocas palabras si  la Escuela  de Comunicación Social de Univalle quiere ser competitiva, deberá sacrificar alguna de sus materias para enseñar comunicación empresarial, así esa asignatura no tenga nada qué ver con su filosofía. Y ahora quieren abrir la puerta al sector privado para que invierta en las universidades públicas, lo cual está muy bien, pero queda la duda: ¿qué condicionamientos ideológicos, políticos y económicos acarreará ese apoyo?

De cualquier manera no se puede esperar mucho de una ministra de educación que venía de presidir una cámara de comercio. Al gobierno le interesa mucho gerenciar bien la educación pública y administrar los cuatro pesos que le da, pero muy poco su dimensión académica y pedagógica.

miércoles, 6 de abril de 2011

El odio a la madre

Una lesbiana que es desnudada y violada salvajemente. La agresividad cristalizada en un falo que destruye. El odio que se refleja en unas imagenes asquerosas que se niegan a abandonar una mente. No existe una fuerza capaz de hacerles frente, una indignación avasalladora que opaque esas imagenes nauseabundas.
El caos encerrado al interior de un alma incubó demonios tremendos. Pulsiones malsanas que son válvulas de escape para tratar de liberar el tedio, la amarguera, la desesperación. Pulsiones que se mezclan con los complejos, los rencores y las frustraciones. La peor de todas, esa pulsión, esa idea obsesiva que nace espontáneamente y que se gobierna a sí misma: una mujer sometida, falos destructores, gritos, lagrimas, abuso de poder, de fuerza y de género.

Una idea que inhabilita moralmente a cualquiera. Que lo hace indigno de cualquier majestad. Que le esquilma la facultad de juzgar, condenar y exijir rectitud, exijir orden; la facultad de acometer las acciones necesarias para acabar con el caos, la maldad y el abuso.

La agresidad, el vació, el tedio, la amargura, el aburrimiento, la frustración, tantos adjetivos para describir esa energía avasalladora, indómita, maldita que se niega a abandonar los escombros de un cuerpo que expira. Un alma podrida que trata de desfogar sus frustraciones odiando a quien parió su cuerpo. Pobre madre. El maltrato hacie ella es un subterfugio, una treta para evadir al caos. La odia porque no conoce sus gustos, porque le sirve comida caliente, porque no innova en la cocina, porque lo obliga a cortarse el cabello. Razones imbéciles para desfogar una rabia que en ninguna otra persona puede hacer.

viernes, 25 de marzo de 2011

La injusticia

No basta con que una niña sea violada y sus dos hermanitos asesinados junto con ella. A lo mejor fueron testigos del abuso, y quien lo cometió los asesinó para no dejar testigos. El principal sospechoso es un subteniente del Ejército llamado Raúl Muños Linares, quien en juicio reconoció haber tenido "relaciones consentidas" con la niña. Ya de por sí es lo suficientemente asqueroso que un individuo cercano a cumplir los treinta, tenga "relaciones consentidas" con una niña de catorce años, así muchos, incluido el comandante del Ejército, traten de ver ese supuesto consentimiento como una justificación o un atenuante que libera al militar de culpas. Lo cierto es que a la niña la violaron y fue asesinada, pero no puede descansar tranquila. Extrañamente la defensa del militar se ha encargado de dilatar el proceso: cuatro cambios de abogado defensor en menos de cuatro meses y una denuncia grave: la defensa corre a cuenta de una intitución encargada de asistir jurídicamente a militares que en sus claúsulas prohíbe expresamente brindar sus servicios a uniformados en casos relacionados con abuso sexual. Aunque los portavoces de esa institución afirman que ésta sólo defiende a Muñoz Linares por el cargo de homicidio agravado, y no por la violación, una de las tantas abogadas del sujeto dijo lo contrario en una de las audiencias del juicio que se le sigue.

La última abogada intentó valerse de las dilaciones en el proceso para que su defendido saliera libre "por vencimiento de términos". Si Muños Linares es tan inocente, ¿por qué escapa al veredicto de la jueza, que supuestamente tendría que absolverlo, y recurre a ese perverso recurso jurídico para no someterse a la presentación de pruebas, a la confrontación de testimonios, al esclarecimiento de los hechos? La jueza que llevaba el caso denunció las maniobras dilatorias de la defensa y pidió sanciones al inútil Consejo Superior de la Judicatura. Días después la asesinan. Sopechoso. No nos apresuremos. La funcionaria no sólo tenía a su cargo el crimen de los niños; llevaba casos de rebelión, entre otros. No faltaron los desgraciados que le adjudicaron esa muerte a las guerrillas que la cometieron, según ellos,  para enlodar la imagen del Ejército. Los cínicos dicen que no hay que juzgar a priori, poner en el banquillo a la Fuerza Pública, hacer insinuaciones temerarias. De acuerdo. No sindiquemos sin pruebas a los militares, contemplemos todas las alternativas. Pero derechistas, no sean hipócritas, porque ustedes de hecho si juzgan a priori y dan por sentado que Muñoz Linares no tuvo nada qué ver en el asesinato de los niños, que todo es un complot contra el Ejército.

Abran su mente derechistas. No se cierren. Apelen a ese análisis de todas las posibilidades que pregonan. De pronto fueron las Farc, el ELN, cómo no, no hay que descartarlo... Pero de pronto fue el Ejército... de pronto la Fuerza Pública no es tan impoluta como ciegamente lo creen. De lo contrario no pidan que no se hagan sindicaciones, porque de hechos ustedes ya  tomaron partido y absolvieron a un tipo que, quizás, quién sabe, fue tan ruín de violar a una niña, y a una institución que, de pronto, a lo mejor, es tan ruín de tratar a toda costa que uno de sus hijos escape a las garras de la Justicia.

lunes, 21 de marzo de 2011

Los demonios

Firense llama demonios a todas aquellas fuerzas síquicas y anímicas que rigen su vida, sin que él pueda controlarlas.

El demonio vio: este demonio en realidad es una idea obsesiva, una pulsión o idea fija que aflora espontáneamente en la mente sin que se le pueda controlar. Es la pulsión de abusar sexualmente de una mujer. Firense es un ser con un profundo complejo de inferioridad que lo llevó a desear fervientemente ser atractivo para los hombres.Tan atractivo como para desatar una pasión sexual desenfrenada. Una violación sería la manifestación más palpable de ese deseo sexual exacerbado generado en un hombre. Pero el abuso sexual, la pasión desenfrenada nunca se dieron. Paulatinamente el deseo de violación se trasladó del propio Firense, a una mujer cercana a él. Él sospecha que tras esa extraña transmutación -pasar de querer ser víctima a ser dominado por la pulsión de volverse victimario- está la homofobia de su padre. Aquel hombre lo quiso forzar a volverse heterosexual, y la idea obsesiva es una consencuencia de esa presión insana.

El demonio que ama y odia a los pintas: es un demonio cíclico: por temporadas lleva a Firense a obsesionarse con los músculosos y desear llamar su atención; al no lograrlo, empieza a odiarlos ardorosamente. Luego ese demonio hiberna, se duerme sin desaparecer del todo, y la obsesión por los musculosos decrece. Es un obsesión molesta que hace sentir frívolo a Firense, pues no concibe que su mente pretenda dedicarse a una causa como amar y odiar a los musculosos, mientras existen otras razones de  más peso por las que luchar: motivos políticos, sociales, que no se manifiestan con la misma omnipotencia.

El demonio de la agresividad: este demonio tuvo un nacimiento claro: firense siempre fue un pusilánime pisoteado por todo el mundo. Tantas humillaciones generaron una profunda fustración y un deseo de revancha. Ahora Firense es un ser lleno de rabia, pero una rabia ciega incapaz de manifestarse plenamente, lo que la convierte en un sentimiento mezquino y venenoso. Ese demonio alimenta los deseos de violación, que no son más que una forma de violencia. Y empuja a Firense a abrasar doctrinas fascistas que propenden por la destrucción, la sangre y el aniquilamiento: es el deseo de masacrar un ladrón, un negro, un musculoso, todos subterfugios para tratar de liberar la ira acumulada.

El demonio del patetismo: es un demonio detestable que envuelve a Firense de un aire de torpeza y estupidez. Es el demonio del atolondrado que es incapaz de hacerle frente a un mundo sordido, del tonto cuya inocencia lo hizo caer en la trampa de bufones que lo ridiculizaron. Es el espíritu despistado que lo lleva a cruzar calles sin mirar a los lado, a tropezarse, a moverse torpemente, a abordar el bus equivocado, a extraviar plata, etc. Ese demonio alimentó decididamente al de la ira y agresividad.

El demonio de la pedofila: no hace falta explicarlo demasiado. Es la desagradable atracción sexual por niños que ha sentido Firense. Sentimiento que lo ha convencido de que es una forma de vida inviable con una mente trastornada que se ha convertido en caldo de cultivo de los sentimientos más innobles. Un error de la naturaleza, alguíen con algún trastorno fisiológico y químico en el cerebro que se ha agravado por traumas de infancia, inseguridades, desengaños, burlas. Una mente desfasada e inoperante.

Todos los demonios se alimentan entre sí en una simbiosis que ha convertido en caos la mente de Firense.

sábado, 19 de marzo de 2011

De nuevo el demonio adorador de la belleza.

Libio fue un jueves al sauna gay y no le fue muy bien por la soledad del sitio. Para desquitarse fue al día siguiente. Había más gente. Varios manes le 'pararon bolas' como se dice coloquialmente. Pero él se embelezó con un musculoso con dos pectorales que parecían tetas. Era alto, un portento, pero ignoró a Libio sistemáticamente. Ahí sobrevino la debacle. Hacía mucho tiempo que el joven había logrado escapar a la adoración de la belleza. Ignoraba a los musculosos, pero ahora ese lazo que los une a ellos -y que creía roto- apareció nuevamente. Ese resurgimiento abrió la puerta hacia la desesperación y la decepción. Cuando libio no está a merced de la adoración de la belleza, se siente un ser más sublime, más trascendental; un ente que logró superar la frivolidad humana y derrotar una de las fuerzas más poderosas: la que ejercen los cuerpos perfectos y musculosos. Al eludir esa atracción, se siente con autoridad para aplicar la filosofía según la cual los atributos físicos no son un rasero con el cual juzgar a la gente, ni características que hacen más valiosas a las personas. La belleza es un fenómeno aleatorio y como tal no debería ser el parangón con el cual escoger un posible, amor, amante, amigo, empleado, etc. Pero, por desgracia, en este mundo se impuso que la belleza, una 'cualidad' siempre asociada a la egolatría, la banalidad, el egoismo, es de hecho una de las grandes metas a las que aspira el ser humano y que aspira hallar en los demás.

Cuando libio siente que la atracción hacia los musculosos disminuye, logra superar su angustia y se siente un poco más valioso. Pero cuando la atracción renace, lo embarga una sensación de retroceso, de caer en el fango, de sentirse inferior por desear a seres que nunca le van a corresponder. Se siente otra vez invisible, insignificante, un cero a la izquierda que ruega porque el musculoso de turno le regale una mirada, Y eso no es vida. No es justo vivir sintiéndose como si se valiera menos que un bulto de mierda.

El demonio adorador de la belleza muere y renace constantemente. El deseo de libio es que esta vez el demonio hiberne nuevamente y le permita escapar un poco a la angustia de sentirse inferior. Porque no es vida caminar a todas horas, y soportar la arrogancia y el desprecio del musculoso que va en el MÍO, el que se quita la camisa en el gym improvisado del parque al que libio va a correr, etc. Ojalá algún día la vida les cobre a esos musculosos toda esa soberbia nacida de los atributos físicos que tan fantochemente exhiben. Ojalá el maldito demonio adorador de la belleza, desaparezca para siempre llevándose consigo el masoquismo de buscar desesperadamente la atención de quienes nunca la van a dar.

jueves, 17 de marzo de 2011

Maldita rutina

Siempre es lo mismo. De lunes a viernes todo se repite como un dejavú. Y cada fin de semana es igual al anterior. Entre semana me despierto y tomo el desayuno. Es una maldita tortura tener que madrugar. Entro al baño, salgo y mi mamá se enoja porque se me ha hecho tarde. Llego a la estación del MÍO. Está atestada y eso me produce asco. No sé de dónde sale tanta plebe; parecen cucarachas que emergen como batallones desde cualquier grieta. Los odio a todos, sean jóvenes o viejos; ricos o pobres; mujeres u hombres. Para mí todos son una sucia masa informe que atiborra los articulados. Espero. Frente a mí pasan varios buses repletos. Me subo a alguno que esté medianamente vacío, pero en cada estación suben más de esas cucarachas llenando hasta el más recóndito espacio. Todos los días lo mismo, la misma maldita secuencia: Caldas, Refugio, Pampalinda, Plaza de Toros, Unidad Deportiva, Lido, Tequendama, Estadio, Manzana del Saber, Santa Librada. A veces me bajo en San Pascual; debo hacer trasbordo del T47a al T31. Luego sigue la soporífera secuencia hasta llegar a la estación Piloto. En el infame trayecto no pasa nada. Ningún hombre me rastrilla; no encuentro al amor de vida; ningún terremoto altera el curso del articulado.

Nada pasa. Llego al trabajo. Rebusco en el periódico temas para molino. Me quemo el cerebro y me lleno de ansiedad tratando de buscar un tema que al jefe le guste. Procuro buscar temas godos. A las once de la mañana hay reunión. Me llenó de temor. Propongo temas, pero ninguna gusta. No he aprendido a "pensar", como dice el jefe. Me cohibó, pues no sé a que atenerme con un jefe godo con ciertos arrebatos socialistoides. Escribe el molino y me lleno de más ansiedad esperando a que el señor lo revise. Generalmente lo lee y empieza a lanzar alaridos de disgusto; otras veces no grita, pero igual destroza el molino. Me siento miserable. Es un texto tan pequeño, tan insinificantemente corto, y me lo destrozan. Mi trabajo es tan simple, tan inútil.

Nada pasa. Todo se repite. Paso inadvertido en un mundo se sombras que me ingoran, en un rompecabezas en que no encajo. Nada pasa. No me secuestra un extraterrestre. No me viola salvajemente un negro vergón en una esquina oscura. No ocurre un sismo que desplome los edificios donde viven los traquetos; los bares, estancos, grilles y discotecas donde se ahogan en licor los miserables; los gimnasios donde la asquerosa especie humana desfoga su vanidad; las invasiones en las lomas que han arrasado con el verde de las montañas.

Se repite una y otra vez la misma historia. Las aspas del molino empiezan a acercarse y me cercenan violentamente. Pero no siento dolor, sino aburrimiento, zozobra, desasosiego, decepción. No soporto la simpleza, no soporto lo predecible.

jueves, 10 de marzo de 2011

MÁLDITOS MOLINOSSSSSSSSS

Así redacte el maldito molino:
El invierno regresó con fuerza y el panorama de los Clopad de los municipios del Valle es preocupante.
Los organismos de socorro en La Unión no cuentan con radioteléfonos y linternas; y la Cruz Roja de Obando carece de una buena sede para atender una posible emergencia, sólo por nombrar unos ejemplos.
Esta situación demanda que el Gobierno Nacional agilice la entrega de recursos a los Cómites de Emergencia, pero es deber también de los Municipios que hagan su aporte para que éstos atiendan las emergencias con celeridad y eficiencia.
Las alcaldías, así como gastan dinero en publicidad y contratos millonarios, deben convertir a los Clopad en una prioridad y girarles los dineros que requieren.
Si bien la CVC y el Gobierno Nacional deben cumplir los compromisos adquiridos con esos comités, los principales responsables de su operación son los municipios.

Asi quedó tras la revisión de la editora:
Al Gobierno Nacional hay que pedirle que acelere las ayudas para que los organismos de socorro del Valle puedan enfrentar las posibles emergencias que se presenten durante el invierno.
Pero a quienes les corresponde responder por el buen funcionamiento y la dotación de los Comités Locales de Prevención y Atención de Desastres, Clopad, es a los municipios.
La situación lamentable en la que se encuentran estos organismos en localidades como La Unión, Yotoco, Obando y La Victoria, tiene que encontrar una solución.
Así como las alcaldías gastan dinero en hacerse publicidad y suscriben contratos millonarios, deben convertir a los Clopad en una prioridad y gestionar los recursos que requieren.
Si bien la Nación, el Departamento y entidades como la CVC deben cumplir los compromisos adquiridos, los primeros responsables de la operación de los comités locales de emergencia son los municipios.

Y éste es el resultado final, después de la revisión de el viejo hp:
Al Gobierno Nacional hay que pedirle que acelere las ayudas para que los organismos de socorro del Valle puedan enfrentar las posibles emergencias que se presenten durante el invierno.
Pero a quienes les corresponde responder por el buen funcionamiento y la dotación de los Comités Locales de Prevención y Atención de Desastres, Clopad, es a los municipios.
La situación lamentable en la que se encuentran estos organismos en localidades como La Unión, Yotoco, Obando y La Victoria, tiene que encontrar una solución.
Ante las calamidades a que están expuestas las comunidades del Valle, los alcaldes deben convertir a los Clopad en una prioridad y apoyarlos como se requiere.
Si bien la Nación, el Departamento y entidades como la CVC deben cumplir los compromisos adquiridos, los primeros responsables de la operación de los comités locales de emergencia son los municipios.

MALDITOS MOLINOS
MALDITOS MOLINOS
MALDITOS MOLINOS

martes, 8 de marzo de 2011

Otro molino más

Así lo escribí :
Mientras algunos sectores insisten en imponer a las malas un diálogo con las Farc, esta guerrilla no cesa de perpetrar actos de terror contra civiles.
Al asesinato de seis personas durante el robo del Banco Agrario en Caloto, Cauca, la destrucción de escuelas en Antioquia y la detonación de explosivos al paso de lanchas, se sumó el secuestro de 23 trabajadores de una multinacional petrolera en el Vichada.
22 de ellos recobraron su libertad gracias a la presión de las autoridades y ahora el reto es lograr la liberación del único empleado que quedó en poder de la guerrilla.
Ya es momento de que aquellos que promueven negociaciones con las Farc comprendan que esta organización perdió toda credibilidad ante la sociedad colombiana por sus abusos y crímenes.
Y que esa misma sociedad no acepta conversaciones de paz con las Farc mientras sigan secuestrando y torturando.

Y así quedó tras la revisión de Luguire:
Mientras algunos sectores insisten en imponerle al país un diálogo de paz con la guerrilla, las Farc siguen cometiendo actos de terror contra civiles.
Al asesinato de seis personas durante el robo del Banco Agrario en Caloto, Cauca, la destrucción de escuelas en Antioquia y la detonación de explosivos al paso de lanchas, se sumó el secuestro de 23 trabajadores de una petrolera en el departamento de Vichada.
Por fortuna, 22 de ellos recobraron su libertad gracias a la presión de las autoridades y ahora el reto es lograr la liberación del único empleado que quedó en poder de los secuestradores.
Ya es momento de que quienes promueven negociaciones con las Farc comprendan que mientras esa organización siga cometiendo secuestros, abusos y crímenes, dialogar será imposible.
Y que deben dirigirse a convencer a sus cabecillas de lo inútil que es el seguir pidiendo reconocimientos mientras asesinan colombianos

lunes, 7 de marzo de 2011

El pueblo y el hampa

El pueblo Cobia paulatinamente se empezó a llenar de hampones. Las mujeres no podían salir a las calles por miedo a ser violadas. Los robos eran continuos y cuando la gente no llevaba nada de valor, era vilmente asesinada. Todo las formas de la criminalidad se desplegaban impunemente por el villorio: narcotráfico, trata de blancas, desparición forzada, secuestros, atracos, asesinatos. El hampa era quien gobernaba y las autoridades legítimas estaban arrinconadas. Pero tarde o temprano los pueblos se cansan de esas satrapías y se alzan contra ellas. Un grupo de ciudadanos imbuidos de odio y deseo de venganza se armaron, derrocaron a las autoridades legítimas y se hicieron al poder con una sola consigna: acabar con la vida de todos los delincuentes.

Esa alzamiento ciudadano fue encabezado por Rodia. Él pretendía ser un adalid de la decencia, pero guardaba profundos secretos. Mas los supo encubrir lo bastante bien como para granjearse el apoyo del pueblo. "Hay que acabar con los hampones","Hay que hacerles sentir el mismo sufrimiento que nos inflingieron", "hay que torturarlos hasta que chillen como cerdos" y consignas semejantes salían de su garganta a cada instante. Mucha gente pensaba como él. Pensaba que el mundo se dividía en buenos y malos; en Rodia los malos habían cruzado los límites y habían sitiado a los buenos, y ,por ello, era necesario exterminarlos. Había que someterlos a terribles castigos y matarlos para que pagaran por lo que hicieron y comprendieran que su existencia sólo generaba caos en este mundo. Muchos querían torturarlos, no porque quisieran que escarmentaran, sino simplemente por verlos sufrir.

Y así fue: a Gladio, el violador, lo colgaron con un gancho en todo el centro del pueblo. Luego le cortaron su pene y dejaron que muriera desangrado. A Cuncio, un ladrón, le metieron las piernas en un aparato que las trituró. Era un espectáculo macabro ver cómo la extremidad se convertía en un caldo de huesos, cartílagos, músculos y tendones que se confundían con la sangre, mientras Cuncio lanzaba aterradores alaridos. A Lerio, el proxeneta, el mismo Rodia le dio muerte personalmente; su odio, resentimiento y amargura se materializaron en un chuchillo que empuñó con firmeza, para luego dirigirlo con violencia hacia las carnes del delincuente. Sintió un pacer inefable cuando el filoso instrumento se hundió en la humanidad de Lerio y le arrancó profundos gritos.

No faltaron quienes criticaron esos actos de salvajismo. "No podemos igualarnos a los delincuentes al combatirlos con sus mismos métodos... acaso esos actos de crueldad no nos vuelven iguales a ellos". Tenían razón: ni siquiera Rodia explicaba la paradoja de apelar a la crueldad y la sevicia para castigar la crueldad y la sevicia de otros, pues, a fin de cuentas, el que era capaz de cometer un crimen, así fuera por razones justas, no dejaba de ser un criminal capaz de asesinar, en un lapso de locura, incluso a un inocente. Pero el líder de la revolución rehuía a esos reatos de conciencia y siguió masacrando hasta que limpió al pueblo del hampa.

Un día Rodia apareció muerto. La gente no se explicaba por qué resolvió suicidarse, hasta que leyeron su diario. Habían en él cosas tan terribles, que prefirieron quemarlo y olvidar el asunto. Cobia es hoy un pueblo en paz. Su gente es sana y seguidora de las buenas costumbres. Y a veces para divertirse un poco, se dirigen a la plaza del pueblo y disfrutan viendo como desmenbran con una motosierra a algún ratero que se atreva a corromper el estado de paz que los embarga.

domingo, 27 de febrero de 2011

LA BALANZA

Gamuro se durmió y soñó. Soñó que su madre había desarrollado una extraña enfermedad en la matriz y por ello no podía volver a tener relaciones sexuales. Sin embargo su marido era un déspota que seguramente la iba a forzar a tenerlas y, para controlarlo, Gamuro tuvo a bien con amenazarlo con abusar sexualmente de su hermana, la hija consentida de su padre, si le tocaba un pelo a su mamá. Qué imagen tan terrible la que se desplegó en sus sueños: el miembro destrutendo la virtud de su hermana. Qué imagen tan mostruosa. Gamuro no vale nada. Es un ser despreciable cuya mente está secuestrada por los pensamientos más impuros; y lleva a cuestas tantos pecados horrendos que le generan asfixiantes culpas. Culpas que infortudamante no logran apagar las malsanas imágenes mentales.

Cuando llegué el día de dar cuentas, vera como una enorme balanza emerge antes sus ojos. En un platillo hay una pluma, y en el otro su corazón. Su corazón encierra magnánimas obras: brindarles compañía a ancianos, colaborar económicamente en su casa, ayudar a parientes en desgracia, ceder los puestos a las señoras en el transporte público. Pero también incuba malvados demonios: aquel que está obsesionado con violar a una mujer; el que tiene deseos de matar; el demonio que lo vuelve un ser insensible incapaz de sentir compasión por los demás, dolor por el sufrimiento ajeno e indignación por las injusticias; y el demonio pedófilo que lo ha llevado asentir atracción por niños.

Están los demonios que la han orillado a realizar acciones patéticas como caminar sin rumbo para conjurar la líbido; o practicarle el sexo oral a indigentes; o ver por un minuto un video de pornografía infantil que alguien le mandó por internet. Gamuro a caminado durantes horas en círculos al pie de un río buscando sexo, y también sacó adelante su carrera sin apoyo de nadie; Gamuro tuvo sexo con 150 hombres, y le ha entregado la mitad de su sueldo a su madre mientras ha trabajado; Gamuro le deseó la muerte a su padre y al mismo tiempo le ha llevado varias veces pequeños mercados a un amigo enfermo; Gamuro fingió que se iba a suicidar tomando antidepresivos para mortificar a su padre, pero por otro lado se negó a falsificar un certificado de estudios ambientales para aplicar a un trabajo.

Gamuro es un ser miserable que sólo merece la muerte. Es un ser extraño que guarda dentro de un catálogo de lo más bajo, mezquino, abyecto, criminal del genero humano. Gamuro guarda dentro de sí toda la violencia, odio, sevicia, depravaciones que cabalgan por toda Colombia bajo las riendas de quienes viven en esa nación. gamuro es un reflejo de la maldad colombiana. Pero gamuro intenta ser bueno y le ruega a Dios que lo exorcise de esos demonios malditos que lo sumen en las sombras. ¿Será que esos intentos lo redimirán?

SIN PIES, NI CABEZA

El proceso de desmovilización de las AUC no tuve nunca ni pies ni cabeza. Fue un proceso que nació sin un soporte legal: primero ocurrió la desmovilización y luego en el Congreso se cocinó la Ley de Justicia y Paz para darla un soporte jurídico a la entrega de más de treinta mil paramilitares. Sin embargo esa Ley estaba signada por un enorme vacío: castigaba a los 'peces gordos' con irrisorias penas a cambio de colaboración y reparación a las víctimas de la barbarie paramilitar, y, por otro lado, prácticamente indultaba a los combatientes rasos de este grupo armado ilegal. La Corte Suprema no tardó en denunciar ese bache jurídico: un indulto de esas características sólo es aplicable, según dicta la Constitución, a quienes se alcen en armas contra el Estado. Los paramilitares nunca se alzaron contra el Estado, sino que por el contrario actuaron en connivencia con sus fuerzas armadas. En efecto, los 'paras' se aliaron con miembros de la Fuerza Pública para combatir la subversión.

Para subsanar ese vacío jurídico el  Gobierno le ha apostado al principio de oportunidad, una figura que le otorga  a los delincuentes el beneficio de que cesen los procesos judiciales en su contra a cambio de colaboración con la Justicia. Esa figura juridica que salvaría el proceso de paz se aplicará casi cinco años después de que éste tuvo lugar, lo que revela una improvisación sin precedentes. A ello se le suma la certeza de que al proceso se colaron cientos de narcos que se disfrazaron de paras para evadir a la Justicia. Y lo más grave es que presunrtamente lo habrían logrado pagándole coimas al Comisionado de Paz de ese entonces, Luis Carlos Restrepo. Además, muchos analistas han señalado que este atropellado proceso dejo intactas las estructuras del narcotráfico y criminales de las Auc, que ahora, con el eufemístico nombre de Bandas Criminales, siguen sembrando el terror en Colombia.

jueves, 17 de febrero de 2011

Seguridad para La Flora

Así escribí el Molino:

Aunque en enero se les hizo entrega a los habitantes de La Flora de su nueva estación de Policía, ningún uniformado puede despachar en ella pues no cuenta con teléfonos, computadores y sillas.
Esa dotación tiene un costo de $600 millones que deben ser entregados por el Municipio, pero que la fecha no ha desembolsado, según denuncia Cali Norte de esta casa periodística.
Si algo ha quedado claro en los últimos años, es que para la gente el sentirse segura y protegida es una prioridad y un derecho que las autoridades están obligadas a garantizar.
Pero la Alcaldía no lo ha comprendido a juzgar por la demora en girar los dineros para que empiece a operar una de las estaciones de Policía más modernas del norte de la ciudad.
Urge entonces que atienda las demandas de los habitantes de La Flora pues es absurdo que esa estación permanezca sin funcionar, mientras el hampa se pasea campante por las calles de este barrio.

Me lo destrozaron, porque a mi jefe no le gustó y así quedó:


Aunque en enero se hizo entrega de la nueva estación de Policía de la Flora, el traslado de los uniformados sigue en veremos porque el lugar no cuenta con el equipamiento necesario para su funcionamiento.
Para dotar la Estación se requieren $600 millones, pero como lo informó en su edición de ayer el periódico zonal Cali Norte, sigue sin definirse de dónde saldrán los recursos que se necesitan.
La construcción de la nueva Estación de la Flora se planteó como una solución a los problemas de seguridad que afectan a la Comuna 2, una de las zonas más azotadas por la delincuencia.
De ahí que sea una prioridad poner en funcionamiento el lugar y darles a las autoridades las herramientas que necesitan para ayudarles a garantizar la protección de la gente del sector.
A la comunidad, que ha estado dispuesta a colaborar y encontrar soluciones para erradicar la inseguridad de sus vecindarios, hay que responderle y evitar que la Estación se convierta en un elefante blanco.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Odio mi trabajo

Odio mi trabajo. Odio mi trabajo profundamente. A lo mejor cambie de parecer próximamente, pero de cualquier manera quiero dejar consignado que en estos momentos odio mi trabajo. Me gradué y quedé en el aire. No tengo contactos, no tengo palancas, no tengo amistades. Soy un asocial y como tal no tenía quién me ayudara a conseguir un trabajo, o al menos me recomendara dónde podría llevar una hoja de vida. Estaba flotando en la nada, esperando que en internet resultara algo, llevando estúpidamente hojas de vida a empresas de las que sabía no me llamarían. Si fuera otro, seguramente me las habría arreglado para fundar una productora independiente, o me convertiría en director de alguna película, o realizador de documentales; incluso podría participar en producción audiovisual, o hubiera ensayado convertirme en profesor. Pero no, mi máldita falta de voluntad, de berraquera, de empuje me orillaron a esta asquerosa situación que vivo actualmente.

Hice prácticas en una empresa X y me fue tremendamente mal. En la universidad descubrí que no servía para escribir, que escribía muy largo, que daba mucha información al lector y que era incapaz de mantener una tensión narrativa que lo enganchara. Y ¿cómo no? Ingresé a la universidad siendo descaradamente inculto: en el colegio me pusieron a digerir literatura tan mediocre como 'El Hombre de la armadura oxidada' o 'Ami, el niño de las estrellas', o 'Juan Salvador Gaviota'. En la Universidad medio aprendí a escribir y con el pasar del tiempo e ido leyendo más para superar un poco mi colosal ignorancia. Obviamente siempre sufro la angustia de sentir que entre más leo, más evidente es mi incultura. En el trabajo descubrí que mi forma de escribir no gusta, no se ajusta ni a los cánones académicos, ni a los estilos esquemáticos de los periódicos. Realmente no sirvo para esto. No sirvo para periodista. No doy la talla.

A pesar de ello le agrade a un individuo terrible y godo que es director de opinión del periódico. Terminé prácticas y él me sugirió que le mandara mi hoja de vida para ayudar a ubicarme. Me fui de esa empresa seguro de que nunca me iban a llamar y la verdad es que esa posibilidad no me atormentaba demasiado. Sería hipócrita decir que no me gustó esa empresa por ser de derecha, por que su producción periodística se dirige a los estratos altos, por defender a ultranza a Uribe; en suma, por apoyar tantas cosas en las que no creo, por obligarme a cohibir en tantas opiniones que quisiera expresar, pero que me tengo que callar. Y digo que sería hipócrita porque quizás las razones por las que no me gustara sean otras. El hecho es que pasaron los meses y me gradué; pasaron más meses y no encontraba trabajo. Mi padre se volvió insoportable, me puso contra la pared y por ello encontrar un empleo era apremiante. Si por mi fuera, hubiese estado dispuesto a trabajar empacando mercados en los supermercados, pero ni siquiera esa posibilidad se concretó.

Diltate mucho la opción de recurrir al director de opinión. Incluso mentí varias veces diciéndoles a mis padres que había hablado con él cuando no era así. Hasta que un día no me quedó más remedio que llamarlo. A los pocos días fui contratado en la empresa.

Resulta que cuando hice prácticas había una niñita con hablado de boba llamada Andrea que se desempeñaba como la periodista del área de opinión. Ella pidió traslado a otra sección como tantos que han pasado por opinión, puesto que ya no soportaba a su director. Es un ser déspota que trata a sus empleados como si fuesen caca, así de sencillo. Le estoy agradecido por haberme ayudado a ingresar a la empresa, pues sin su intervención ello no hubiese ocurrido nunca. Pero ello no implica que ingore quién es el, que ignore que más allá de su recalcitrante godarria, lo más odioso de su personalidad es esa manera grosera, atarvana y agresiva con que trata a sus subalternos. Luego del traslado de Andrea, pusieron en su reemplazo a una niña a la que le fue como los perros en misa. Basta decir que el director de opinión le tiraba la puerta en las narices; la fémina no aguantó y renunció... y me llamaron a mí.

Por un lado ha sido una buena experiencia principalmente por el dinero que he ganado y que ha ayudado a aliviar la precaria situación económica de mi casa. Y también, ¿por qué no?, por que me ha ayudado a conocer como funcionan los medios en este país y la manera como los intereses económicos manipulan la información que se les da a los lectores. Por otro lado no se puede negar que el director de opinión es una persona que, aunque goda, tiene enormes conocimientos y me ha enseñado una gran lección: el valor de una opinión está en la novedad. Una noticia tiene mil facetas cómo analizarla y uno debe estar en capacidad de opinar aquello que los demás no han expresado, y no sólo limitarse a reciclar opiniones ajenas. Pero su despotismo es exasperante. Y la sección misma tambien: no hagó nada que valga la pena, revisó columnas, escribo pequeños textos llamados molinos que son descuartizados por mis jefes; busco durante horas frases que seguramente nadie lee; en fin, trabajos que consumen muchas horas de tiempo, pero que en el papel se reducen a cuadritos insignificantes e insípidos que quizás nadie tiene en cuenta.
Odio mi trabajo, me estresa. Quisiera escribir, quisiera hacer otras cosas. Estoy metido en una burbuja de tedio y no sé cuánto podré aguantar.

jueves, 3 de febrero de 2011

El oportunista

Julián Assange no me agrada. Su imagen de mosca muerte, de tipo inofensivo, no logra convencerme. En pocos meses el fundador del portal WikiLeaks se convirtió en uno de los protagonistas del 2010. Su hazaña: haber llevado el ejercicio de la libertad de expresión a sus límites máximos al revelar los secretos más oscuros de la primera potencia mundial, Estados Unidos.

Su imagen se fortaleció realmente, tras las filtraciones que hizo el portal de cables diplomáticos de los embajadores de EE.UU alrededor del mundo. Informaciones que muchas veces  no pasaban de chismes de cocina, pero que atrajeron el morbo del populacho y azuzaron la ira del gobierno de un país que siempre se ha creído inexpugnable. El 11 de septiembre  de 2001 la seguridad de esa nación fue miserablemente burlada y ahora un sujeto con cara de yo no fui, al mando de una manojo de hackers, desnudó de la manera más sencilla su diplomacia. No obstante, informaciones más delicadas, como documentos que revelaban los excesos contra la población civil de las militares gringos en Afganistán, no tuvieron la misma repercusión en la sociedad.

Es un reflejo de la vanidad humana que antepone informaciones baladíes, al estilo de que para EE.UU la persidenta de Argentina tiene problemas mentales, a las graves violaciones que la primera potencia del mundo ha cometido en los países que ha invadido.

De cualquier manera nadie niega la importancia que ha tenido el portal WikiLeaks como elemento fiscalizador de los abusos de los países poderosos y como un vehículo para que la sociedad se quite la venda de los ojos y conozca informaciones que de otro modo siempre estarían ocultas. Pero eso no significa que a Assange se lo deba elevar a la categoría de héroe, porque quizás los fines que persiga con su empresa no son del todo nobles. Perfectamente puede tratarse de un ególatra que disfruta siendo el centro de atracción y que no duda en sacarle provecho económico a la situación que padece actualmente, como lo demuestra la reciente publicación de sus memorias que, de seguro, serán un hit editorial.

Y otra cosa que llama poderosamente la atención, es que un individuo dedicado a escudriñar y divulgar los secrestos de Estado de Estados Unidos para  erigirse como adalid de la transparencia y la fiscalización de las naciones más poderosas, se enoje porque The Guardian haya escudriñado y publicado sus secretos. Porque no hay que olvidar que Assange está acusado de abuso sexual. Y aunque su delito consiste en haberse negado a usar un condón, no deja se ser grave. Sin duda Julián Assange también tiene cola que la pisen.

lunes, 3 de enero de 2011

La verdad

Los espacios televisivos que tienen como ingrediente principal el uso del polígrafo han hecho carrera a nivel mundial. Básicamente siguen las mismas reglas: primero someten a alguien a 100 preguntas sobre su vida, obra y milagros ante la llamada 'máquina de la verdad'; luego graban al individuo en un estudio con toda la parafernalia correspondiente, y ante un nútrido público, y le formulan 21 de los 100 cuestionamientos anteriormente hechos. El participante, entre más preguntas conteste con la 'verdad', más dinero gana. Pero al mismo tiempo las preguntas se vuelven más comprometedoras y sacan a la luz los aspectos más oscuros de la vida del entrevistado. En la versión colombiana un hombre confesó haber sido acusado por violación; otro confesó engañar a su mujer con hombres; una abogada admitió haber comprado testigos y otra afirmó que sería capaz de anteponer su felicidad a la de sus hijos. No faltó quien admitiera haber cometido robos en su empresa. Pero el tono de las preguntas rebasó todos los parámetros éticos cuando una mujer confesó sin empacho que había contratado un sicario para que le diera muerte a su marido.

Antes de nada hay que decir que quienes se someten a este programa, lo están arriesgando todo por un fraude. El mismo esquema con que funciona el programa entraña la primera trampa. La selección de 21 preguntas sobre cien siempre será amañada y pondrá en desventaja a los concursantes. Lo justo es que a todos les hicieran las 100 preguntas para que estuvieran en igualdad de condiciones, pero por cuestiones de tiempo obviamente no se hace. ¿Pero quién puede garantizar que a un pobre infeliz que conteste 99 preguntas con sinceridad y mienta en una, no le incluyan la mentira entre las 21 preguntas y pierda? ¿O que otro sujeto que contestó 21 preguntas con sinceridad y el resto falsas, cuente con la suerte de que los productores ignores sus 'mentiras' y le formulen sólo los cuestionamientos en los que acertó? Esa trampa inicial somete el juego al azar y le quita legitimidad al concurso, si es que la tiene.

Pero la trampa, el fraude y la estafa no están sólo allí. Poligrafistas expertos han denunciado el mal uso que le dan a su herramienta de trabajo en estos  programas amarillistas. En primer lugar las preguntas formuladas deben referirse a hechos puntuales y concretos -¿usted robó? ¿usted matò?-, y no a suposiciones, pensamientos y sentimientos que están sujetos a las dualidades y contradicciones propias del ser humano. Los poligrafistas también recomiendan que las preguntas se limiten a máximo 10; las 100 que se formulan ante el detector de mentiras son una cifra exagerada que mengua su efectividad puesto que el interrogado se relaja durante la entrevista y puede engañarlo.
Por otra parte están los dilemas éticos que surgen al darle precio a la intimidad de la gente, en una perversión del sistema capitalista. Y aún más grave, premiar con dinero la confesión de graves delitos, haciendo parecer eso como una recompensa a la sinceridad cuando en realidad sólo busca la generación de morbo y rating. En pocas palabras, el todo vale por dinero se quiere disfrazar como una exaltación a la sinceridad.

Y a pesar de todo Celio está obsesionado por participar en esos programas. Al fin y al cabo -y a pesar de que sepa que al hacerlo destruiria moralmente a su familia, y de paso a sí mismo- ansía que se sepa quién es en realidad: que ha sentido atracción sexual por niños; que ha tenido la idea obsesiva de violar a una mujer; que es un ser patético que sólo da lástima. En definitiva, quiere que salga a flote lo más bajo de su personalidad, porque siente que es un acto de hipocrecía el mantenerlo oculto. Acaso no son igual de perversos los que en aras de rating son capaces de llevar a la television a una mujer que mandó matar a su marido para que confiese su crimen ante cámaras, que aquellos que ocultan toda su miseria, su mezquindad y su crapulencia a los ojos del mundo. A veces sería bueno que todo el mundo se mostrará en toda su dimensión, exhibiendo sus facetas más bellas y más oscuras, pero no por plata sino para que los demás sepan quién es. Sería muy interesante.