jueves, 19 de febrero de 2015

Sesgo en el cubrimiento de noticias internacionales

Artículo publicado originalmente en Las 2 orillas el miércoles 18 de febrero de 2015
http://www.las2orillas.co/sesgo-en-el-cubrimiento-de-noticias-internacionales/
Leer o ver en televisión las noticias sobre sucesos del acontecer internacional que divulgan medios como El Tiempo, Semana, el Espectador, Noticias RCN o Noticias Caracol es como experimentar un deja vu. Siempre informan sobre los mismos países: Venezuela, Argentina, Nicaragua, Ecuador, etc., y todos tienen en común que están gobernados por presidentes de izquierda. El desabastecimiento en Venezuela, el asesinato del fiscal Nisman en Argentina, la futura construcción de un canal interoceánico en Nicaragua y la llegada de un movimiento de extrema izquierda en Grecia acaparan los titulares de los medios colombianos.
Y no los critico: está bien que estos medios denuncien los abusos de los gobernantes de izquierda. El mundo no puede hacer oídos sordos a la dramática situación que vive nuestra hermana república de Venezuela por cuenta de la escasez crónica de productos de primera necesidad, la inseguridad y la represión a la oposición. Tampoco puede pasar por alto la misteriosa muerte del fiscal Nisman en Argentina ad portas de imputar cargos a la presidenta Cristina Fernández, ni menos ignorar las repercusiones negativas que puede acarrear la construcción de un canal interoceánico en Nicaragua.
Pero inquieta que esos mismos medios no sean igual de acuciosos e inquisitivos a la hora de informar sobre las tropelías que ejercen sobre sus ciudadanos los presidentes de derecha en Latinoamérica o la compleja situación que viven los países gobernados por personajes de este mismo espectro político. Poco o nada dijeron los medios colombianos sobre la crítica que hizo la ONU al gobierno del presidente guatemalteco de centro derecha Otto Pérez Molina por su decisión de rebajar el salario mínimo en algunas zonas del país centroamericano para beneficiar a empresas que deseen invertir en esos sectores. Algunos críticos dicen que tal reducción implicaría que los guatemaltecos no tendrían ingresos suficientes para cubrir el costo de la canasta familiar, pero al parecer a ningún medio colombiano le pareció relevante esta noticia.
O qué decir del expresidente de Panamá Ricardo Martinelli que está siendo investigado por presuntos casos de corrupción en la contratación de comida deshidratada para escuelas públicas de su país, a la vez que ha sido denunciado por espionaje a la oposición. La difusión que le han dado los medios colombianos a este caso ha sido más bien escasa.
Pedirle imparcialidad a los medios colombianos que no son más que cajas de resonancia de grandes grupos económicos a los que pertenecen, es como pedirle peras al olmo. Pero aun sería justo que informaran sobre los problemas que enfrentan los países independiente del espectro político que los gobierne y no sólo se limiten a informar sobre las brutalidades del mediocre Maduro de Venezuela.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Cali sin agua Y NADIE HACE NADA

Lunes 16 de febrero de 2015. Una vez más a los habitantes de un humilde conjunto de apartamentos en el barrio Alférez Real situado al sur de Cali, les cortaron el suministro de agua. La interrupción se extendió por varias horas durante las cuales la pobre gente se tuvo que privar de tomar el vital líquido para calmar su sed que se ha visto atizada por la ola de calor; varias horas en que esa misma gente se debió abstener de tomar una duchar, enfrentó problemas para cocinar y, lo que es peor, debió aguantar las ganas hasta de defecar.

Lo verdaderamente grave es que esas interrupciones en el servicio de agua no son un hecho aislado y atípico, sino que ocurren diariamente. Prácticamente se han convertido en parte de la cotidianidad de los habitantes de este populoso sector de la capital del Valle. Las razones para este fenómeno aparentemente tienen su raíz en la dependencia que tiene Cali al río Cauca. Esta enorme arteria fluvial es la que provee el vital líquido a la mayoría de habitantes de la sultana del valle, pero resulta que en épocas de intenso invierno es normal que interrumpan el servicio de agua porque la turbiedad presente en el río hace imposible su tratamiento. Sin embargo, cuando es el calor el que agobia a los caleños, el tratamiento del agua también se vuelve imposible porque el caudal del Cauca y los otros ríos baja provocando que la contaminación en ellos se concentre. Por ende quitan el agua cuando llueve y también cuando hace sol. ¿Y qué hacen los gobiernos municipal, departamental y nacional al respecto? Nada. Mientras se prepara un plan de recuperación del río Magdalena, el pobre y excesivamente contaminado río Cauca sencillamente se ha quedado sin dolientes.

Emcali, la empresa de servicios públicos responsablemente del suministro del vital líquido en Cali, tampoco ha hecho mayor cosa, salvo aplicar paliativos como los llamados reservorios que no resuelven de fondo la problemática. Se han propuesto diversas altervativas: construir un embalse, tomar agua de otras fuentes, etc., pero todo se ha quedado en el papel. Pecando de dramático, me atrevo a pronosticar que en pocos años Cali, la tercera ciudad más poblada e importante de Colombia, estará sufriendo una situación similar a la que viven hoy los atribulados habitantes de Yopal, Casanare.

Resulta paradójico que una ciudad bañada por siete ríos –algunos de ellos ya convertidos en caños fétidos- sufra por la falta de agua. Y a la vez resulta triste que se deba pensar en buscar otras fuentes de agua para abastecer a la ciudad, porque al igual que pasa con el Cauca, poco a poco van a perecer por cuenta de la contaminación y la inconciencia humana. Son las consecuencias de una ciudad que ha crecido desmesuradamente sin pensar en el medio ambiente. Cali ha experimentado un crecimiento demográfico exagerado sin que contara con una infraestructura que soportara el arribo de cientos de miles de personas. Se desecaron las lagunas y humedales en el oriente de esta capital para levantar allí tugurios. Se han extinguido y contaminado las fuentes de agua. En definitiva, Cali es un monstruo que se ha hecho grande sin ningún tipo de planeación y protección ambiental.

Mientras tanto a los caleños les tocará seguir aguantando las ganas de calmar la sed, de tomar una ducha y hasta de cagar por cuenta de la desidia de Emcali y los gobiernos del orden municipal, departamental y nacional. Y, por supuesto, por culpa de ellos mismos y su manía de depredar el medio ambiente y contaminar a diestra y siniestra.