(Cuento redactado en 2005 para una materia de la universidad)
Esa noche del 25 de marzo, todo en la vida de soledad Jiménez cambio
drásticamente. Sus padres fallecieron victimas de un atentado del cual jamás se
pudieron establecer las causas, lo único cierto es que tanto gloria duarte como
Luis miguel Jiménez fueron ultimados a tiros mientras se trasladaban en su
carro, por unos desconocidos que se movilizaban en moto. Los esposos fueron
sorprendidos por la muerte en una pequeña via que conducía a una finca a las
afueras de la ciudad y en la que momentos antes habían departido alegremente en
una reunión familiar. El motivo de la reunión había sido, precisamente por esas
ironías del destino, el cumpleaños de gloria; quien iba a pensar que el día en que la mujer felizmente casada y con
una pequeña hija cumplía años, iba a ser el miso día en que fallecería, ni
menos nadie se llego a imaginar que semejante mujer con una vida tan intachable
y casada con una marido tan ejemplar iba a terminar sus días de una manera tan
violenta y trágica. Precisamente soledad iba en el carro con sus padres ese funesto
día, sin embargo ella no fue ultimada en el atentado, se puede decir que salio
ilesa, claro, físicamente hablando, porque mental y emocionalmente quedaría
marcada con la imagen de sus padres bañados en sangre, perforados por varias
balas y con un semblante de horror en sus rostros. Soledad vio como sus padres
fueron obligados a bajar del vehiculo, luego oyó los disparos. Ella no vio a
sus padres en el momento exacto en que aquellos sicarios dispararon casi a
quemarropa varias balas sobre ellos, pero eso no resto horror a la macabra
escena; al salir del carro vio a sus padres totalmente inmóviles, tendidos
sobre el pavimento que ya se había teñido con su sangre. El alma de la niña se encogió
y ella misma comenzó a palidecer ante el horror de tan terrible imagen, pero,
sin embargo, no pudo derramar ni una lágrima. Era como si sus emociones
estuvieran desconectadas de la realidad, como si el tiempo se hubiera detenido
en ese terrible instante para no volver a avanzar nunca más.
Después del atentado pasaron varios minutos hasta que una camioneta roja
parara en la escena del crimen. Eran los tíos de soledad. Al ver que lo que había
pasado entraron en pánico, llamaron a la policía y luego a una ambulancia.
Trataron de hacer entrar en razón a soledad, pero ella no salía de ese extraño
estado de inconciencia; estaba en shock, parecía despierta, pero en realidad es
como si hubiera muerto con sus padres; estaba pálida y sumida en un mutismo
aterrador. Llegó la ambulancia, pero fue inútil, ya los esposos estaban muertos
así que decidieron llevarse a la niña para chequearla. Luego llegó la policía y
posteriormente arribó la fiscalía para efectuar el levantamiento de los
cadáveres. Les practicaron la autopsia a ambos cadáveres, pero ni eso ni las investigaciones
de la fiscalía arrojaron resultados positivos para esclarecer la autoría y los móviles
del crimen. En otras palabras dicho asesinato, como tantos otros, estaba
destinado a quedar en la impunidad. Entre tanto soledad permaneció varios días
bajo observación médica y siquiátrica. El diagnostico de los doctores fue que
la niña estaba atravesando por un estado de afasia severa, es decir, la niña de
8 años había perdido la capacidad de hablar debido a la experiencia traumática
por la que había pasado. En otras palabras la tragedia le había arrebatado a
soledad la voz, la tragedia la había condenado al silencio.
Pasaron casi siete años y soledad no se había recuperado de su afasia.
Su vida era ya muy distinta. Ahora vivía en casa de sus tíos, los mismos de la
camioneta roja, y con sus dos primos, Ricardo de 17 años y margarita de 15. Las
autoridades competentes, cumpliendo con la voluntad que el occiso Luis miguel
Jiménez había echo constar en su testamento, habían decidido entregarle la custodia
y patria potestad de la niña a los tíos y también nombrarlos albaceas de los
bienes que la niña había heredado de sus padres. La vida de soledad había sido
muy dura debido a su afasia. Prácticamente era una discapacitada; recibió
burlas en el colegio y también de los niños y muchachos de la cuadra donde
residía. Ella, literalmente y a la fuerza, soportaba en silencio todas las
humillaciones, pero lo peor es que al cumplir 10 años, en el colegio donde
estudiaba, viendo que su afasia lejos de ser algo transitorio como habían dicho
los médicos en un principio daba ya visos de ser un estado permanente, habían
decidido retirarla de la institución so pretexto de que la niña necesitaba otro
lugar especializado en dar educación a niños con el mismo problema que ella sufría.
Los tíos ni siquiera se apuraron en buscar ese sitio, es más, pensaban dejarla sin
estudiar, pero la intervención de clara, otra tia de la niña, los hizo a
regañadientes cambiar de posición. Soledad contaba por fortuna con la
invaluable educación, derecho fundamental de cualquier menor de edad, pero
todos sus demás derechos eran vulnerados. En efecto, en casa de sus tíos era
explotada de muchas maneras, la habían convertido en una especia de sirvienta
que prestaba sus servicios sin chistar y de manera gratuita. Se aprovechaban de
su imposibilidad para comunicarse para obligarla a planchar, lavar, tender la
cama, pero para rematar ese patético panorama, además de haberse convertido en
una cenicienta postmoderna, también tenia que soportar el constante asedio y
acoso sexual del que era objeto por parte de su primo mayor.
No se podía negar que las amargas experiencias por las que había tenido
que pasar soledad no habían hecho mella en su belleza, una belleza lozana y
fresca heredada de su madre. Esa belleza quizás compensaba en algo el hecho de
ser una miserable huérfana sin lugar en el mundo, que sentía que vivía de
arrimada en casa de unos parientes que otrora se mostraron amables y condescendientes,
pero que ahora la trataban con desprecio y desconsideración aprovechándose tal
vez de su mutismo, de su afasia, la misma que la había convertido en un ser sin
posibilidad de demandar o quejarse, con una voluntad minada y débil,
arrastrando en su alma un lastre de amargura y sufrimiento que por desgracia no
podía gritar ni expresar con palabras. La afasia también la había condenado al
abandono y a la soledad, pues en efecto pocos querían ser amigos de aquella
niña que siempre andaba cabizbaja, con un semblante yerto y una mirada pérdida
y meditabunda, una muda. Pero al menos además de su belleza contaba con la
amistad de su tía clara, la hermana de su madre gloria, y también contaba con
el apoyo de las profesoras del colegio en donde estudiaba, quienes se habían
convertido en sus defensoras contra los abusos de sus tíos; por ultimo estaba Juan
Carlos, su mejor amigo del colegio, un muchacho sordomudo que compartía con
soledad todos sus silencios y sus confidencias. Todas estas personas se habían
convertido para soledad como una especia de castillo en el que se sentía
acompañada y protegida, un baluarte contra las inclemencias y abusos de la
vida.
En general la vida de soledad se había estancado desde la noche en que
murieron sus padres, Sin embargo todo cambiaría desde la noche en que se conmemoraría
el séptimo aniversario del deceso de ambos. Para sus tíos la fecha del 25 de
marzo ya pasaba inadvertida, pero a soledad nunca se le olvidaba que en esa
misma fecha su vida había pasado de ser prefecta a convertirse en una pesadilla
ya hace varios años atrás. En los ocho años que vivió con sus padres, soledad
tubo una vida de reina, no en vano era hija de Luis miguel Jiménez, un próspero
gerente de una fabrica de calzado que
generaba jugosos dividendos. Aunque no era multimillonario, en los años que
llevaba trabajando el padre de soledad había acumulado una considerable cantidad
de dinero que pensaba invertir en su hogar, en la educación de su hija y en un
negocio independiente que pensaba montar, pues en sus adentros ya estaba
cansado de tener que rendirle cuentas a un jefe. Deseaba sentirse dueño de su
propio negocio, pero sus expectativas y proyectos jamás se llevaron a cabo, pues
se vieron truncados por su propia muerte. Lo único que quedo de sus sueños fue
ese dinero que había amasado por tanto tiempo y que ahora era la herencia de la
pequeña hija que había dejado huérfana, herencia que seria manejada por clemencia, otra hermana de gloria, hasta que
soledad cumpliera la mayoría de edad, pues así lo había estipulado en el testamento
que había mandado redactar antes de morir quizás presintiendo su muerte, quién
sabe. Ahora soledad, su hija, estaba recordándolo a él y a su esposa en ese fatídico
día. En efecto era 25 de marzo, ya habían pasado 7 años desde aquel momento en
que para soledad el tiempo se detuvo.
Ya era de noche, después de mucho esfuerzo y muchas lágrimas derramadas,
soledad logró conciliar el sueño. Soñó que estaba en un bosque de árboles
frondosos que alzaban sus copas en medio de la oscuridad de una noche de luna
llena. Al caminar un poco vio una carretera que le resulto familiar. Comenzó a
caminar en ella y pasado un tiempo diviso el carro de sus padres. Vio a sus dos
padres tendidos en el suelo; no necesito de más para deducir que aquel sueño se
había convertido en una pesadilla terrible, en un recordatorio del peor momento
de su vida. Le dio la espalda a esa imagen como queriendo darle al espalda a su
realidad y a su pasado y echó a correr sobre la carretera. Sin embargo una voz
la detuvo y le pidió que regresara. Era la voz de su madre.
_hija, por favor no te marches. Esto no es una pesadilla.
Soledad volvió su vista hacia donde estaba el carro de sus padres y lo
que vio no lo podía creer. Era su madre a quien había visto tendida en el suelo
tal y como hace 7 años, pero ahora estaba de pie, intacta, sana y salva hablándole
a su hija.
_acércate mi amor, no temas. Se que has sufrido mucho, pero ya llego la
hora de ponerle fin a ese sufrimiento.
Soledad sintió que su alma se encogía, pero esta vez no era como hace
siete años por ver a su madre cubierta de sangre sobre la carretera, esta vez
era por verla viva sin un rastro de sangre en su blanco e inmaculado vestido. ¿Será
esta una burla de mi subconsciente?, Se preguntó. Sentía como si se hubiera vuelto
de piedra. Sentía que su sangre había dejado de circular por sus venas, que el
oxigeno había dejado de llegar a sus pulmones, que sus pensamientos habían
dejado de fluir en su cabeza. Estaba impávida y no reaccionaba.
_hija, por dios, sal por fin de ese letargo y ven y abrázame.
De nuevo había escuchado la voz de su madre, pero ahora sentía que su
sangre empezaba a circular con una fuerza inusitada, que sus pulmones se
llenaban de oxigeno, sintió que toda la energía que había perdido hace siete
años había aparecido de golpe. Corrió hasta su madre y la abrazó.
_ Mama, estas viva no lo puedo creer- dijo la niña…si… ¡dijo!, por fin
en siete años había logrado pronunciar una palabra.- ¿dónde habías estado?, y ¿qué
paso con mi papá? en serio estas bien.
_cálmate hija, tu papá y yo estamos bien.
_ ¿él dónde está? Yo lo vi aquí contigo ahora.
_él aparecerá en su momento. Ahora tú y yo tenemos que hablar hija.
_ ¿sobre qué mama?, ¿qué pasa?
_hija, nuestra muerte lleve mas de siete años en la completa impunidad y
tu eres la llave para hacer que eso termine.
_no entiendo mama, ¿de qué estas hablando?
Soledad no entendía por qué su mama en vez de preguntarle por su vida,
por lo que había pasado en toso ese tiempo, solo se limitaba ha hablarle de
impunidad. ¿Acaso lo que estaba viendo era real?, ¿acaso su mama de verdad vivía?
No, todo tenia que ser un sueño, tan solo se dejo llevar por la emoción de
verla, su mama aun estaba muerta. Lo que veía era una burla de su propio
subconsciente.
_mama, ¿de verdad eres tú? Tú estas viva. ¿Cómo sobreviviste? Yo te vi muerta.
_hija, yo estoy muerta, pero aun
mi alma no puede descansar. A mi me mataron antes de que se cumpliera mi ciclo
de vida, por eso mi alma no puede descansar y permanece vagando en el limbo.
_ ¿y mi papá?
_el está en las mismas condiciones.
_yo no entiendo nada. Esto ya no me gusta. Quiero despertar.
_hija yo se que tu has sufrido mucho. Nosotros también estamos
sufriendo, pero tú tienes la llave para acabar con tanto dolor. Los mismos que
te hacen sufrir a ti fueron los mismos que nos mandaron matar a mí y a tu papa
hace siete años.
_ ¿mis tíos?, ¿ellos fueron los que te mataron?
_si. Mi hermana me traicionó, ella lo planeó todo para quedarse con la
herencia que tu papa te dejó. Todo fue un engaño. Clemencia siempre me tuvo
envidia, nunca soportó que yo estuviera bien casada y el marido de ella, Gustavo,
ese tipejo tiene un signo pesos marcados sobre la frente. Ambos nos mandaron
matar. Se aseguraron de dejarte a ti viva para quedarte con tu custodia y
convertirse en los albaceas de la plata que a ti te corresponde. Ese par de
seres no tienen escrúpulos, ante todo el mundo quedaron como los parientes
ejemplares que se hicieron cargo de la pobre niña desvalida, pero todo fue pura
hipocresía. Tu no puedes permitir que ellos sigan abusando de ti, debes reclamar
lo que te corresponde y también debes de darle el castigo que se merecen por
habernos matado a ti y a tu papa.
Todo lo que escuchaba soledad, por más absurda que fuera la situación,
tenía mucho sentido. Esos seres lo habían planeado todo fríamente. Se hicieron
pasar por excelentes tíos, para después convertirse en un par de explotadores.
Con razón la vida de ambos había cambiado tanto tras la muerte de Luis miguel y
gloria. Mientras la vida de soledad se derrumbó, la de clemencia y Gustavo, sus
tíos, parecía prosperar. Dejaron de vivir en un humilde barrio estrato dos,
para pasar a uno estrato cuatro, habían dejado de vestir harapos para después
cubrirse con lujosas vestimentas de las mas reconocidas marcas. Incluso habían
cambiado esa vieja camioneta roja que tenían, por un auto de último modelo. Pero
no solo era la innegable mejoría en la calidad de vida de los tíos lo que
confirmaba lo dicho por la madre de soledad; también era la personalidad y manera de actuar de los mismos. Pretendían
haber ascendido de estatus social, pero nunca habían dejado de ser esos seres
chabacanos y vulgares tan diferentes a los padres de soledad. Su tía era una
mujer que despotricaba de todo el mundo, el marido de ella, el mencionado Gustavo,
era un oportunista y un vividor, y ni que decir de los hijos: margarita era
prácticamente una prostituta sin dignidad y Ricardo, un violador en potencia.
Esa gente no podía ser buena, ellos sin duda habían sido los autores intelectuales
de ese crimen tan espantoso, ese crimen que había arruinado la vida de soledad
y había congelado para siempre su noción del tiempo en aquel momento terrible.
Justo en ese instante despertó. Aun no había asimilado la experiencia que había
tenido, pero al menos había constatado que se trataba de un simple sueño. O tal
vez no, tal vez ese no era un sueño ordinario, tal vez en efecto su mama, o el
alma de su mama, se comunicó con ella desde algún lugar _ de seguro no el
paraíso- para abrirle los ojos y hacerle ver que había caído en un nido de víboras
y era hora de cobrarles las cuentas del pasado y del presente a las mismas.
_¿qué le pasa?, por qué no come atolondrada o cree que la comida es
gratis_ le decía la odiosa clemencia a su sobrina estando todos desayunando en
el comedor el día después de el extraño sueño..
Como haría soledad para encontrar las pruebas para hundir a sus tíos,
como haría para demostrarle a las autoridades que los autores del crimen no
eran otros que sus tíos. A pesar de sus casi quince años, soledad sabia que un
sueño revelador no era prueba suficiente para demostrar la culpabilidad de una
persona. Sabía que la fiscalía no había encontrado ningún indicio certero para
dar con los criminales, es decir, sus tíos. Ni siquiera habían capturado a los
sicarios que se habían encargado del trabajo sucio. Como haría para hacerles
pagar a sus tíos por su pecado. Los pensamientos se estrellaban unos con otros
en su conciencia que por mucho tiempo había permanecido sumida en el letargo,
pero que ahora había encontrado una razón de peso para reaccionar del todo.
-esta china cada día es mas apelotardada, no. Como que además de muda
quedo estupida-decía con ironía Gustavo.
Soledad recordó que sus díscolos tíos ni siquiera habían contemplado el
permitirle a ella seguir estudiando. Gracias a la intervención de su tía clara,
que al parecer si era buena, había logrado continuar con sus estudios. No cabe
duda de que clemencia era una arpía sin escrúpulos. No entendía como teniendo
unas hermanas tan buenas y correctas como gloria y clara, podía ser tan mezquina,
odiosa…una desgraciada asesina. Soledad estaba sorprendida. Hacia mucho que no
manifestaba sentimientos de rabia tan encarnizados y profundos. No cabe duda
que había reaccionado por completo.
Clara, gloria y clemencia crecieron en la miseria y sin duda eso
condicionó sus personalidades. El problema es que las dos primeras pensaron en
superarse mediante medios lícitos y otros quizás no tan lícitos, pero al menos
que no involucraran un crimen. Clara estudió, logró un titulo profesional y luego de la muerte
de su hermana consentida, decidió ausentarse del país por casi seis años. En
cuanto a gloria, ella decidió casarse con el gerente de una fábrica por amor,
pero también por interés. Clemencia, en cambio, se quedo encerrada en sus
frustraciones y amarguras, maldiciendo y odiando el destino de sus otras dos
hermanas.
_lo que necesita mi primita es alguien que la haga reaccionar_ Decía
Ricardo, el primo mayor Con un brillo extraño en su mirada lasciva y lujuriosa.
Todo lo que pasaba a su alrededor ratificaba lo dicho por su madre. Una mujer y
un hombre capaces de engendrar un ser como Ricardo no podían ser buenos.
Pero como haría para cumplir el deseo de su madre. Como lograría
convertirse en la llave que abriría la puerta de la justicia. Esa duda la
angustiaba, ahora si se sentía una inútil y una discapacitada, aun más que
cuando la obligaban a lavar los trastes o a trapear los suelos sin chistar ni
protestar o cuando se burlaban de ella por ser muda, por ser callada, por ser
diferente. Lo único que se le ocurro fue recurrir a sus aliados,
a esos seres que se habían
convertido en paladines de la justicia, defensores de una desposeída, tendría
que recurrir a sus profesoras, a su tía clara y a Juan Carlos.
Soledad meditaba sobre como desenmascararía a sus tíos. Los mismos habían
salido quien sabe a donde y la habían dejado sola con Ricardo. El joven no perdió
el tiempo e irrumpió en la habitación de soledad con las peores intenciones.
-hola primita, al fin estamos solos. No se ponga nerviosa, yo le voy a
alegrar la vida.
Soledad hizo un gesto de asco, y trato de alejar al joven. Sin embargo
sus intentos por lograrlo fracasaron y el impúdico joven la domino. Le arranco
el vestido y comenzó a besar su pecho. Lo único que podía hacer soledad era
intentar infructuosamente alejarlo, y alejar sus labios puros de los labios contaminados
y sucios de su primo. Ni siquiera podía gritar. El primo se quito la camisa,
bajo sus pantalones, estaba a punto de arrebatarle a soledad su pureza, estaba
a punto de hacerla vivir un dolor peor que el de la muerte de sus padres. Le
arranco su ropa interior. Acaricia sus partes íntimas con violencia. Soledad
esperaba lo peor. Sin embargo y justo cuando el primo iba a consumar tan
terrible agravio, apareció margarita. Ricardo estaba convencido de que su
hermana no regresaría en mucho tiempo y por eso ni se había preocupado en
cerrar la puerta de la habitación de soledad, pero a margarita se le había
olvidado algo en casa y por eso regreso antes de lo previsto. Al ver la escena
se espanto. Ella era quizás el único miembro de esa familia que aun tenia algo
de consideración de soledad, además en su condición de mujer sabía que lo que
Ricardo iba a ser era la peor cobardía, la peor canallada, y la afrenta mas
terrible que se le puede hacer a una mujer.
_usted que esta haciendo degenerado.
_que le importa, no se sea sapa, más bien lárguese que estamos ocupados.
_mucho cerdo, se aprovecha de esa tonta porque esta muda.
_¿qué le pasa? Ella fue la que se me ofreció.
Margarita sabia que las palabras de su hermano eran totalmente falsas.
Soledad estaba echa un mar de lagrimas sobre su cama y cubría con vergüenza su
senos desnudos, mientras cerraba las piernas con fuerza, como tratando de
evitar que corrompieran su cuerpo.
_métase con mujeres que al menos puedan defenderse._ Dijo con seguridad
margarita.
A Ricardo la presencia de margarita le valió gorro y trato de sacarla de
la habitación para poder continuar su “obra”, Mas ésta, ante el atrevimiento de
su hermano, sacó de su chaqueta una navaja filosa y brillante y la empuño
amenazante con todas las intenciones de clavársela en la yugular a su hermano.
Éste reaccionó cobardemente y salió de la pieza. Al verse salvada por la
persona que menos esperaba, corrió soledad hacia margarita y la abrazó. En el
fondo siempre había admirado el carácter y temple de su belicosa prima.
_tenga cuidado con ese cerdo, ese tipo no se va a quedar tranquilo y
tenga por seguro que va a volver._ Le dijo margarita con voz maternal a
soledad, y decidió acompañarla para protegerla.
La verdad es que margarita había experimentado ya el sinsabor de una
violación y el responsable fue, precisamente, un amigo del hermano. Al parecer
el propio Ricardo había arreglado todo para que el amigo se aprovechara de su
propia hermana como una forma de pagarle una vieja deuda. Cierto día Gustavo y clemencia
habían salido muy tarde. Ricardo metió a su amigo a la casa y a su vez este
entró en el cuarto de margarita y la violó, todo con complicidad del hermano.
Tal hecho cambio profundamente a margarita, convirtiéndola en una mujer
violenta, desconfiada, a la defensiva y presta a matar a quien intentara
hacerle daño, la violación también hizo que la
muchacha le perdiera total respeto a los hombres y por eso no le
interesaban las relaciones serias, solo le interesaba intermitentes momentos de
pasión con decenas de hombres distintos. Todo se lo contó entre lágrimas a su
prima ese mismo día. Ahora soledad tenía un motivo más para despreciar a esa
familia y desear hundirlos a toda costa. Sintió pesar de margarita y a la vez
se mintió identificada con ella. Al igual que la de ella, la vida de su prima había
sido arruinada por esa familia de buitres, ratas y víboras
Confiada en esa identificación, le explico mediante señas que ella
estaba seguro de que a sus padres los habían matado clemencia y Gustavo para
quedarse con su herencia.
Al principio margarita no le hizo caso, pero luego hizo memoria y recordó
muchas cosas.
Ahora soledad tenía una aliada más.
Al día siguiente en la escuela, soledad siguió con su plan y recurrió a
sus profesoras ya su amigo Juan Carlos en busca de ayuda. Lo que soledad
asegurada les resulto muy descabellado todos, pero alguien que no dudo un
momento en ayudar a soledad fue su tía clara. Clara dudo mucho ante las que parecían
irrefutables afirmaciones de su sobrina. Nunca se le había cruzado por la
cabeza pensar en su hermano como en una sesina. Sin embargo conocía a clemencia
como la palma de su mano, pero sobretodo conocía la ambición de Gustavo, un
parásito sin escrúpulos capaz de cualquier truculencia para conseguir el botín
que más le gustaba, el dinero constante y sonante. Clara no sabía como
demostrar lo que soledad comunicaba con señas, pero sabía que podía demostrar
que los albaceas de soledad habían manejado irresponsablemente la herencia de
su sobrina; ella era totalmente conciente de que su hermana y su cuñado habían
dilapidado la herencia comprando todo clase de propiedades y cosas solo para su
beneficio propio. Soledad se lo había contado todo desde que había llegado del
exterior. Una casa, un carro, ropa y otras comodidades. Sabía que por esa
conducta tan inmoral perfectamente los podía mandar a prisión, pero eso a
soledad no le bastaba. Ella quería ver morir en una cárcel a ese par de ratas,
ver que pagaran por haber asesinado a sus progenitores.
_soledad, como estas tan seguro de lo que me dices.
Mediante señas soledad le explicó que todo había sido revelado en un
sueño. Al principio clara lo tomó en broma, pero le ver la determinación de su
sobrina en su mirada hizo que tomara en serio sus palabras. Además clara era
asidua creyente de ese tipo de fenómenos sobrenaturales. Soledad también le contó
por escrito que margarita le había hecha un par de confesiones muy
comprometedoras; le contó que hacia varios años margarita había oído de boca de
su padre que “el imbecil de Luis miguel Jiménez no sabia que había trabajado
toda su vida para él y clemencia”. También oyó que clemencia despreciaba a gloria y que “por fin había cumplido su
deseo de verla muerta”. Y lo más grave, un día los oyó decir que debían
deshacerse de soledad de una vez por todas, que ya tenían lo que querían y no
tenia casa seguir manteniendo a una “muda estupida”. Tales palabras parecerían
corroborar las sospechas de clara. Decidió pues, sin importarle irse lanza en
ristre contra su propia hermana, ayudar a su sobrina. Si ese crimen de verdad había
sido orquestado por su propia hermana, sobre ella debía de caer todo el peso de
la ley.
Esa noche soledad volvió a ingresar
a ese mundo de sueños que tantos misterios había despejado. Esta vez quien se apareció
fue su padre.
_hola hija. ¿Cómo has estado?, estas muy grande, muy hermosa.
_yo se papa. Ya se que mi tia fue la que planeó tu muerte. Yo ya estoy
tratando de buscar la manera de que ellos paguen.
.que melodiosa y linda es tu voz. Ya es justo mi amor que salgas de ese
mutismo y hables, digas todo lo que tengas que decir, todo lo que has guardado
en tu corazón todos estos años.
_pero como. Yo solo puedo hablar en sueños. Yo estoy condenado a vivir
en el silencio.
_no, el silencio es solo cobardía. Tú tienes todo el derecho de
denunciar todos los atropellos que han cometido contra ti.
_y ¿Cómo?
Soledad siempre había anhelado gritar a voz en cuello su sufrimiento,
pero sabía que seguramente jamás podría hacerlo. Lo malo es que ese grito, al
no poder salir y llegar a oídos de otros seres, se clavaba en el alma hasta lo
mas Profundo y se convertía en un dolor terrible que soledad había callada. Ella solo podía hablar en sueños por
esa magia que los mismos conceden, pero al despertarse todo volvería a ser como
siempre, el silencio, la soledad, no, un momento, ella no podía seguir lamentándose
eternamente.
_tienes que hacer justicia mi amor, solo así tu alma y la mía podrá
descansar así de este tormento que ya cumplió siete años ininterrumpidos.
_pero como papa. Es muy difícil. Donde están las pruebas.
_e diré algunas cosas. Todas ellas te serán de utilidad. Haz de saber
que antes de morir tu mama y yo, recibimos varias amenazas telefónicas, razón
por la cual mande a redactar mi testamento. En la llamada aseguraban que tanto
tu como tu mama íbamos a morir. Por eso decidí que en una de las cláusulas del
acta de sucesión, se hiciera constar que
en caso de que ambos faltáramos, me refiero a tu mama y yo, quienes deberían
ser tus albaceas serias tus tíos.
_eso ya lo se papa.
_lo que no sabes es que ambos presionaron esa decisión. Ambos se ganaron
la confianza de tu mama y la mía, y ambos parecían conformar una familia
ejemplar y decente. Nos dijeron que si algo nos llegaba a pasar, ellos sin
dudad se harían cargo de ti.
Soledad recordó todo ese cariño exagerado que su tía fingió profesarle días
antes del accidente.
_ahora me doy cuenta de que todo lo hicieron premeditadamente. En las
llamadas decían que iban a secuestrarte a cambio de fuertes sumas de dinero, en
otras nos amenazan de muerte, temiendo lo peor, decidí mandar a redactar mi testamento
para no dejarte desprotegida. Obviamente con mi muerte la heredera universal
seria tu mama, pero al pensar que a ella también le odia pasar algo, decidí que
unas de las cláusulas obligara a que tu cuidado pasara a cargo de esas dos
personas, tus tíos, ya que parecían buenas personas y además manejaban un bajo perfil y
eso era fundamental a mi parecer. Solo después de muerto caí en cuenta de que
esas llamadas fueron echas por clemencia y su marido. Ellos lo analizaron todo
perfectamente. Sabían que aun cuando yo nos los hubiera nombrado como albaceas,
algún juez de familia les habría cedido la custodia tuya a ellos, al fin y al cabo
parecían la familia perfecta para hacerse cargo de una niña tan afectada
emocionalmente como quedaste tú después del accidente.
Soledad estaba asqueada. La asombraba la inventiva criminal de su tía y
el marido de ella.
_yo te jure que voy a lograr hacer justicia, es solo cuestión de tiempo.
_eso espero mi amor, tu mama y yo tenemos fe en ti. Sabemos que serás más
astuta que tus tíos. Nosotros te amamos y por eso queremos ayudarte a que hagas
justicia. Contacta al abogado que redacto mi testamento, el te dará fe de lo
que te he comentado.
En ese instante soledad despertó.
En la mañana de un nuevo día. Clara y soledad fueron a la fiscalía. Acusaron a
clemencia y a Gustavo por malversación de fondos e enriquecimiento ilícito. El
juez inicio las investigaciones y constató que todo lo que clara afirmaba era
cierto. En los siete años que llevaba viviendo soledad con ellos, clemencia y Gustavo
habían realizado compras de propiedades por cifras exorbitantes para un parásito
desempleado y una infeliz costurera de barrio. Ellos no pudieron demostrar que
los bienes que habían adquirido en los últimos siete años eran fruto del
trabajo de ambos; era evidente que la pareja había utilizado indebidamente el
dinero de la herencia de soledad y por ello fueron arrestados. Por su parte soledad
denunció a Ricardo por intento de violación, margarita sirvió de testigo y el joven también fue detenido. Durante el
tiempo que duraron las investigaciones de la fiscalía hasta el momento del
arresto del trío de delincuentes soledad estuvo bajo el cuidado de clara para
evitar represalias por parte de Gustavo, Ricardo o clemencia y también para
protegerla de que Ricardo intentara de nuevo abusar de ella.
_yo no puedo creer clara que usted haya sido capaz de hacerme esto.
Usted fue testigo de que yo ayude a esa infeliz niña a pesar de que esa no era
mi obligación._le decía fingiendo indignación clemencia a su hermana en una visita
que esta última le hizo en la cárcel.
_usted todo lo hizo con una doble intención. Usted solo se encargo de soledad
para poder quedarse con su herencia.
_eso es una injuria. Una mentira, yo lo sacrifique todo por esa niña, además
fueron los papas los que me nombraron albaceas de ella. Sabe que es lo que
pasa, usted todo lo hizo por envidia, porque yo tengo un hogar bonito y usted
es una pobre solterona. Si yo gasté esa plata en la casa y en el carro, fue por
la maldita muda esa. Para que ella viviera una vida decente, la vida a la que
estaba acostumbrada. La vida de maldita niña rica.
_hipócrita, yo lo se todo, yo se que usted fue la que mando matar a mi hermana
y a Luis miguel
La mirada de clemencia de lleno de pánico ante tal acusación.
_usted como se le ocurre decir semejante estupidez.
_yo lo se todo. Usted y el maldito parasito de su marido planearon
juntos el asesinato de los papas de soledad solo para poder quedarse con la
herencia de ella. Increíble que haya podido caer tan bajo solo por ambición.
_usted de donde saca esas ideas tan estupidas.
_deje de fingir, usted sabe perfectamente que lo que le digo es la
verdad.
_usted como lo sabe, como puede tener la seguridad…responda. Si esta tan
segura vaya y acúseme.
_admita su culpa.
Clemencia sentía que un oscuro secreto que ella procuro mantener oculto
por siete años se había destapado y no podía hacer nada para ignorarlo. No
tenía argumentos que esgrimir para defenderse de las acusaciones de su hermana,
la mirada penetrante de clara había desnudado su pútrida alma y no podía hacer
nada para escapar a su realidad, no podía hacer nada para lograr ser eximida por
su terrible culpa o al menos seguir engañando al mundo para evitar que llegara
el dia en que tendria que pagar por su crimen.
_gloria merecía morir. Ella era la peor de todos. Se casó con Luis solo
por ambición. Luis era mió y ella me lo quitó.
_usted ya tenia a Gustavo cuando Luis miguel apareció en nuestras vidas.
_y como va a comparar a un gusano como Gustavo con Luis miguel. Gloria
lo enredó, gloria lo engatusó y se quedó con el.
En efecto clemencia siempre estuvo enamorada de Luis miguel. Era el
hombre que siempre había ambicionado, pero el nunca fijo su atención en ella,
su gran amor siempre fue gloria y nadie mas. Clemencia se tubo que conformar
con un ser tan mediocre como Gustavo y por ello siempre se sintió miserable,
siempre se sintió inferior a su hermana. Creía que la vida había sido demasiado
injusta con ella, dándole a ella menos que a las demás, dándole menos belleza,
menos carisma, hombres pusilánimes a diferencia de los partidos excelentes que
las otras mueres a su alrededor conseguían. Creía que Dios la despreciaba, que
la había mandado al mundo para recordarle a los demás que no había necesidad de
sentirse miserables; solo bastaba echarle un ojo a clemencia para que el hombre
mas infeliz se sintiera afortunado. Clemencia no era otra cosa que el factor d
contraste para tener la certeza de que era la fortuna y la felicidad, era como
la suciedad para la limpieza, como el mal para el bien… Clemencia se llenó de
rabia y buscó la forma de desfogar su amargura en contra de su hermana gloria y
de paso burlarse de la vida misma, demostrarle que le ganaría la partida
quedando a fin de cuentas con el dinero de Luis miguel, el dinero por el que
supuestamente gloria se había casado. Por eso estuvo de acuerdo en cometer
aquel crimen, seria la forma de ganarle a su hermana, de verla derrotada. De
quedarse con algo de Luis miguel. Gustavo planeó todo, el aprovechó la rabia y
la frustración acumulada de su mujer para manipularla y conseguir juntos el
dinero que el tanto había ambicionado, claro, de la manera mas reprochable,
pero también de la manera mas fácil, sin tener que mover un dedo, tal y como
les gusta a las personas mediocres y oportunistas como él. Y lo hicieron, organizaron
una reunión para celebrar el cumpleaños de gloria, y al ver que se iban por esa
carretera oscura y abandonado, llamaron a los hombres encargado de matar a la
pareja y les dieron la orden de que ejecutaran su trabajo.
La conciencia comenzó a atormentar a clemencia. Empezó a sentir una
culpa terrible. Sentía que gloria la observaba, la juzgaba, se burlaba de ella.
Sentía que el futuro que le esperaba era terrible. Le esperaban varios años en
la cárcel, pero lo que mas temía era lo que vendría después. En la soledad de
su celda empezó a oír gritos clamando por justicia. Se estaba enloqueciendo.
Mientras tanto la vida de soledad parecía florecer; estaba empezando a
abandonar los momentos de oscuridad que había atravesado. Sabía que seguramente
jamás podría demostrar que su tía y el marido de ella habían planeado la muerte
de sus padres, pero al menos se había liberado del yugo al que ellos la tenían
sometida. Empezaba a verse radiante y junto a su tía decidió organizar su
fiesta de quince años. Clara entre tanto sentía vergüenza de no habar reaccionado
antes. Si hubiera puesto denunciado las truculencias de su hermana antes , le habría
ahorrado a su sobrina muchos sufrimientos, pero que se podía hacer, al fin y al
cabo clara estuvo ausente del país por muchos tiempo y solo hasta hace poco había
regresado al país para ver los abusos que su hermana cometía con soledad. Sin
embargo solo hasta ahora había decidido hacer justicia puesto que en su cabeza jamás
había pasado la idea de que su hermana fuera capaz de una atrocidad como la que
cometió. Siempre pensó que su hermana
era todo menos la autora intelectual de un asesinato, mas al ver esa
determinación de la mirada de su sobrina cuando le comento por escrito esa verdad
revelada en un sueño, no dudo en creerle. Clara también había soñado recurrentemente
con su hermana y en los sueños ella le aseguraba que su alma no tenia descanso,
que su muerte había sido el producto de la peor de las injusticias, una
maquinación maquiavélica de una persona que jamás se imagino que fuera
clemencia, su propia hermana. Clara sabia que el alma de una persona asesinada
estaba condenada a vagar errante por el mundo hasta que los causantes de su
muerte recibieran su castigo. Sabia que clemencia por siete años se había
hallada circunscrita, junto con Luis miguel, al pequeño espacio de esa
carretera flanqueada por árboles frondosos, llorando y pidiendo a gritos que la
ira de dios cayera por sobre los miserables que habían actuada con tanta
impiedad hacia ellos. Parecía que por fin el alma descansaba
Llegó el día de la celebración de los quince años y algo maravilloso y
milagroso sucedió; soledad recuperó el habla y dejo oír su voz por todos los
rincones por los que pasaba. Al fin el periodo de la afasia había culminado, la
noche anterior soledad soñó por tercera ocasión con sus padres, pero esta vez
con los dos juntos. Amos le dieron las gracias y le dijeron que habían logrado
su cometido. Aunque todo hubiese
parecido inútil porque al fin y al cabo no se demostró lo que se suponía que se
debía demostrar, ni tampoco clemencia y Gustavo habían pagado por el crimen
principal, lograron lo mas importante, que la vida de soledad cambiara. Ahora
estaba rodeada por seres que la querían: su tía clara, su prima margarita que también
vivía con ellas, sus profesoras y su
amigo Juan Carlos. Había recuperado el habla y por fin sentía consuelo en su
alma, ya no tendría que lavar trastes, fregar pisos, recibir burlas e insultos,
ni soportar el acoso sexual de nadie. La oscuridad se había marchado para
siempre. Tiempo después de la fiesta, soledad se enteró que su tía clemencia había
confesado que ella había mandado matar a su propia hermana y al marido. Al
parecer el peso de la culpa no dejo en paz a la mujer que tras de dar ese
testimonio, se suicidó. Gustavo por su parte fue condenado a muchos pero muchos
años de cárcel y en cuanto a Ricardo, el pobre recibió una cucharada de su
propia medicina pues fue violado en la cárcel, según las costumbres de los
presos. Soledad sabia que no era sana sentir alegría por el sufrimiento ajeno,
pero no podía refrenar sus emociones; estaba feliz sobremanera de que sus
familiares hubieran pagado después de tanto tiempo sus delitos. Sentí un gozo
inconmensurable por el sufrimiento de ese trío de demonios. No cabía duda que
la justicia existía. Pasados los años y recuperada totalmente, soledad decidió
estudiar comunicación social. Se especializaría en el periodismo de denuncia
social. Se caso son Juan Carlos sin importarle sus limitaciones, pues vio en su
silencio un atractivo mucho mayor que las voces de encantadores de serpientes
de los demás hombres. Tras guadrarse se convirtió en una de las más eximias
periodistas, una mujer decidida a luchar
contra la injusticia, una mujer decidida a dejar oír su voz a toda costa.
Fin.