miércoles, 1 de junio de 2011

La Ola Verde

Nunca me deja bañar por la Ola Verde. No me dejé hipnotizar por un fenómeno mediático que movilizó a miles. Y todo porque para mí el Partido Verde fue y es una colectividad sin una ideología precisa. Recordando la campaña de Mockus a la presidencia, sus propuestas concretas para enfrentar problemas como el del desplazamiento -por citar un ejemplo- eran inexistentes. En pocas palabras no tenía un programa de Gobierno. Su éxito radicó en saber repetir hasta el cansancio unos eslóganes que resultaban muy tentadores. Se convirtió en un adalid de la lucha contra la corrupción y el 'todo vale', una estrategia de la que ya han hecho mano otros políticos.

Pero eso no quiere decir que se deba deslegitimar el postulado de enfrentar el 'todo vale'. Sin duda alguna la transparencia y pulcritud en el manejo de los recursos públicos es una necesidad apremiante de nuestra nación, así como también enfrentar esos rezagos de la cultura mafiosa que enseña que los medios más bajos son válidos para llegar a un fin. A los colombianos les falta mucho de temperancia, de domeñar sus pasiones y, sobre todo, de dejar a un lado su proverbial mezquindad y respetar la integridad de sus semejantes. Colombia es un país donde nadie respeta a nadie, donde todo el mundo se pasa por la faja las más elementales normas para que todos podamos vivir en armonía; Antanas supo capitalizar esas carencias a su favor y allí radicó su éxito

Pero no hay que confundirse. El Partido Verde es una colcha de retazos. Acoge en su seno a un izquierdista arrepentido como Lucho Garzón, A un tecnocráta uribista como Peñaloza, y a un individuo cuyo mayor capital políítica es su sonrisa digna de un comercial de pasta dental, como Sergio Fajardo. Es un Partido sin identidad y sin credo que explotó las ansias de muchos de un país más ético, pero que ahora se desintengra precisamente por no tener factores que lo cohesionen. El apoyo de Uribe a Peñaloza desnudó la fragilidad del movimiento y lo tiene en estado de coma.

No tomar partido tiene sus desventajas. Por más que uno proclama ser de centro, siempre se inclinará más a la izquierda o a la derecha. El Partido Verde fue una burbuja que reventó. Lo triste es que el Polo, también naufragó por cuenta de los escándalos en Bogotá. Y los colombianos quedamos a merced del unanismo político de la Unidad Nacional. ¿Qué tan conveniente será esa situación?