martes, 3 de noviembre de 2015

LA BASTARDA PARTE 5

Pasaron los días y Marta fue congeniando cada vez más con el futuro esposo de su hermana. Salieron un par de veces los tres a bailar en el bar más reputado del pueblo y en esos espacios de esparcimiento se hizo cada vez más latente la atracción mutua entre la estudiante de ciencias políticas y el administrador de empresas. Yolanda en ese momento no sospechaba nada. No vislumbraba la seguidilla de situaciones terribles que iban a cambiar su destino.

_ Sí, me gusta en ese hombre Débora. No lo puedo ocultar -le confesó Marta a su entrañable amiga. Como de costumbre se habían citado en el viejo café para dar rienda sueltas a las verdades que a otros les ocultaban.
_ ¿Y él le corresponde? Digo, ¿le ha dado algún indicio de que sienta lo mismo por usted?

Con la vista perdida en algún punto indefinido Marta Procedió a responder:

_ A veces me da la impresión que sí. Hay algo en su mirada que me da a entender que yo le muevo el piso.
_ ¿Y su hermana no se ha dado cuenta?
_ Pues yo por mi parte he tratado de que las cosas no sean tan evidentes....
_ O lo mejor su hermana es tan caída del zarzo que no se ha dado cuenta de nada- aseveró Débora. Acto seguido hizo una pausa y reanudó la convesación- ¿Y usted qué piensa hacer?
_ ¿Qué pienso hacer de qué? - contestó Marta fijando la mirada en su interlocutora.
_¡Pues sí! Se está sintiendo atraído por el prometido de su hermana. ¿Qué va a hacer? ¿Va a reprimir sus sentimientos o va darle rienda suelta a sus deseos?
_ ¿Me está insinuando que tenga algo con él? ¿Que lo obligue a traicionar a mi hermana?
_ En esta vida nadie obliga nada a nadie. Si el siento lo mismo que usted siente por él. Pues, como dice el dicho, dénle vuelo a la hilacha. Dénle gusto al cuerpo.
_ Yo no podría hacerlo eso a Marta...
_ ¿Y acaso ella se tiene que enterar? Va a ser una aventurilla secreto. Y quién quita que le termine haciendo un favor a su hermana. Si ese tipo es capaz de traicionarla con usted entonces no le conviene.
_ ¡Qué mente tan cochambrosa tiene usted, débora! Qué ideas tan retorcidas -afirmó Marta meneando la cabeza de manera irónica.
_ En esta vida hay que aprovechar las oportunidades que a uno se le presentan. Si el tipo es tan buen partido como dicen y también está interesado por usted, pues aproveche... ¿No le parece que la idea es muy tentadora? Esas aventuras clandestinas son excitantes...

Ambas quedaron en silencio como si la proposición de Débora hubiera calado en Marta y está la estuviera digiriendo, sopesando los pros y contras de semejante acto tan ruiz.

_ ¿Qué le parece si apostamos? -sentenció la amiga de la futura polítóloga rompiendo así el silencio.
_ ¡¿Qué?!
_ Apostemos. ¿Sería capaz de llevarse a la cama a su futuro cuñado?


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