viernes, 25 de diciembre de 2015

LA BASTARDA PARTE 21

MIÉRCOLES 13 DE MAYO

Pasaron ocho años y Esperanza llegó a la mayoría de edad convertida en una muchacha bonita físicamente, delgada, de frondosa melena negra y atractiva personalidad. Era el vivo reflejo de su madre y ello mortificaba a su amargada tía Yolanda quien siempre quiso hacerle la vida imposible, pero vio frustradas sus intenciones por la férrea defensa que la vieja Alicia hacía de su nieta. En cuanto a la anciana mujer, años atrás le habían diagnosticado un cáncer de pulmón y por ello estaba viviendo sus últimos días. Pensando en la cercanía de su muerte había decidido asegurar el bienestar de Esperanza poniendo a nombre de la muchacha el 50% de esa casa que a su vez la vieja Alicia había heredado de su difunto marido. Cuando Alicia llegó a la vieja vivienda y le anunció a Yolanda esa decisión ésta no reaccionó de la mejor manera.

_ Yolanda, yo le tengo que contar algo. Esta mañana estuve en la notaría para cederle a Esperanza el 50% que me corresponde de esta casa.
_ ¿Que usted hizo qué Mamá?
_ Así como lo oyó. Yo en cualquier momento me voy a morir y quiero asegurarle un futuro a mi nieta.
_ Eso quiere decir que en pocas palabras esta casa prácticamente ya es propiedad de esa bastarda. Como quien dice que cualquier día a esa le va a dar por echarme de aquí y lo va a hacer sin ningún problema.
_ Si yo no le hubiera entregado la mitad de esta casa a mi nieta habría sido usted la que la hubiera sacado a patadas apenas yo me muriera. Igual usted seguirá teniendo el 25% de esta casa.
_ No mamá. Qué pena, pero usted no está obrando correctamente. Por derecho usted debió cederme a mí su parte de esta casa pues a fin de cuentas yo he vivido aquí toda la vida. Ahora sólo falta que la casquivana de Marta aparezca a reclamar su parte.
_ Esa decisión no la pienso discutir. Simplemente le estoy informando.
_ Sí, yo ya tengo claro que usted siempre va a estar del lado de esa. ¡Qué tristeza! Yo me quedé sin mamá desde el mismo día en que Martha abandonó a esa bastarda en esta casa. ¡Qué decepción!- y dicho eso Yolanda se puso de pie y salió de la habitación de su madre.

Mientras esa discusión tenía lugar en el segundo piso de la casa, en el primero Esperanza se encontraba celebrando su onomástico en compañía de su amiga María Berenice, Horacio y sus primos Pablo y Martina.

_ ¿Y qué Esperanza? ¿Qué planes tiene ahora que ya cumplió la mayoría de edad?- Preguntó Horacio.
_ Pues lo principal es empezar a hacer los trámites para entrar a la universidad.
_ ¿Y al fin que carrera va a estudiar? -interrogó María Berenice.
_ Ciencias políticas. Según ese test de orientación profesional que nos hicieron en el colegio es eso lo que tengo que estudiar.
_ Bueno, pero uno no sólo debe escoger una carrera guiado por lo que diga un test. Lo importante es que a uno le guste lo que va a estudiar
_ Pues Horacio a mí me gustan las ciencias políticas. Pues no conozco a fondo la carrera, pero la política siempre me ha llamado la atención.
_ Quién quita que depronto termine de alcaldesa de este pueblo. ¿Se imagina? -opinó con ironía María Berenice. Algunos de los presentes rieron discretamente.
_ Y ahora que ya es mayor de edad, ¿no ha pensado en irse de la casa? -preguntó Martina quien nunca había ocultado la animadversión que su prima le inspiraba.
_ ¿Por qué? ¿Quiere que me vaya?
_ No prima. Simplemente estoy preguntando.
_ Esperanza ¿y usted ya pidió permiso para ir a la fiesta de cumpleaños que le preparamos los compañeros del colegio?
_ Mi abuela ya me dio permiso. Tengo que avisarle a mi tía. No sé por qué no habrá bajado.

Finalmente la agasajada fue a la mencionada fiesta, pero sólo con el beneplácito de su abuela. Ya había caído la noche y en la cama Yolanda discutió sobre los últimos acontecimientos con su marido.

_ Hoy mi mamá fue con Esperanza a la notaría. Modificaron las escrituras de esta casa para que el 50% de mi mamá quedé a nombre de esa. Lo puedo creer. Ahora esa infeliz va a ser la dueña y señora de esta casa.
_ No entiendo por qué se sorprende. Usted sabe que Esperanza es la adoración de su mamá.
_ Me da tanta rabia de pensar que esa pueda tener más poder que nosotros en esta casa. Tenemos que hacer algo, ver la manera de cambiar esas escrituras para revesar la decisión de mi mamá.
_ Eso implicaría incurrir en algo ilícito.
_  ¿Y entonces qué se supone que debemos hacer? Quedarnos con los brazos cruzados mientras esa muchachita se queda con todo. Por cierto ¿adónde es que se fue ahora?
_ A una fiesta  a la que la invitaron los compañeros del Colegio.
_  ¿Y a qué horas pensara llegar?
_ No creo que se demore.
_ Esa muchacha ya está empezando a hacer lo que le venga en gana. Digna hija de la mamá.





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