lunes, 22 de febrero de 2016

LA BASTARDA PARTE 42

MARTES 16 DE JUNIO

Esperanza y OLiverio eran como el agua y el aceite. La una encarnaba la rectitud, los buenos principios, el deseo de ayudar a otros desisteresadamente, el desapego a lo material y el otro representaba la corrupción, el abuso de poder, la avaricia y sensualismo desmedidos. Pero eso excitaba al mafioso y por ello se había trazado como meta derrotar el orgullo de aquella muchacha hasta hacerla suya.

_ ¿Qué pasa? ¿Por qué no ha bajado a desayunar?- le preguntó el hombre a Esperanza. La chica se había recluido en la habitación que el mafioso había preparado para ella.
_ Ya le dije que no quiero nada de usted.
_ ¿Hasta cuándo va a seguir con ese orgullo chimbo? ¿O es que prefiere que la lleve otra vez a esa finca para que se ponga a atender clientes? Arréglese que le voy a comprar ropa, porque no pretenderá seguir con esos chiros toda la vida, ¿o sí?
_ De usted no quiero absolutamente nada. ¡En qué idioma se lo tengo que decir!

OLiverio no le hizo caso y se marchó a su despacho para hablar con Débora telefónicamente.

_ ¿Cómo le termino de ir con su regalito? -preguntó la infame mujer.
_ Muy bien. Esa niña es tal cual yo se la pedí. Sabe que me recuerda mucho a esa amiga suya que usted me presentó hace muchos años...
_ Tal parece que usted quedó obsesionado con esa amiga mía. A pesar de que ha pasado tanto tiempo todavía se acuerda de ella.
_ Siempre me quedé con la duda de saber qué pasó con ella.
_ Lo más seguro es que mi amiga no vuelva a aparecer nunca más. Créame, ella se fue de ese pueblo para no volver.

Mientras ello ocurría el la casa del mafioso esguerra, María Berenice vivía su propio drama por no saber noticias de Esperanza. No se despegaba un segundo de su celular confiando en que cualquier momento su entrañable amiga diera señales de vida.

_ ¿No se ha sabido nada de Esperanza? -indagó Ebelia.
_ No. Yo nunca les voy a perdonar que no me dejaran acompañarla. Yo estoy segura que a ella les paso algo malo.
_ Esa muchacha fue muy irresponsable al tomar la decisión de viajar para esa supuesta oferta de trabajo. Y usted hizo muy mal en secundarla. Yo también me temó que esa pobre muchacha allá terminado en una red de trata de personas y si usted la hubiera acompañado hubiera terminado igual.
_ Mamá nosotras tenemos que ir a la Policía. Denunciar lo que está pasando. Esperanza puede estar en peligro.
_ En eso debió pensar ella antes de meterse en la boca del lobo.

Había pasado un tiempo considerable y OLiverio nuevamente fue en busca de Esperanza.

_ ¿Qué pasa? ¿Nada que se arregla?
_ Yo no voy a ir con usted a ninguna parte. Lo único que quiero es que me deje salir de aquí.

El mafioso se acerca a la muchacha como un toro enbravecido.

_ ¿Y para qué se quiere ir? ¿Para denunciarme a la POlicía? ¿Para eso?

Esperanza se incorporó de la cama y le contestó:

_ sí. para eso.
_ Eso es perder el tiempo niñita. Yo tengo comprada a toda la policía de este pueblo. Ellos son como subalternos míos. Y prácticamente también tengo comprada a la justicia. Por eso nadie me investiga, nadie ha podido meterme preso.
_ Pues me voy a otra ciudad a denunciarlo. Algo voy a hacer.
_ La rescaté de convertirse en una vulgar prostituta y así es como me paga: amenazando con mandarme a la cárcel. Pero no le voy a dar el gusto. Usted de esta casa no sale. Su vida me pertenece y entre más rápido lo entienda, mejor.

Cayó la tarde y Pablo se dirigió a la Iglesia a cumplir su papel como monaguillo. El cura honorio -el mismo que había reemplazo al cura Epifanio- le pidió al niño que se quedara un tiempo más para sostener una importante charla en la sacristía.

_ Pablito con respecto a lo que me confesaste la otra vez., eso de que te sentiste atraído por un compañero de clases, pues dejame decirte que no es ningún pecado lo que estás sintiendo.
_ Pero la profesora de religión dice que si es pecado.
_ Ella no conoce lo suficiente la palabra de Dios y por eso dice esas cosas. Sabes yo también he sentido lo mismo que tú.
_ pero eso es malo padre. La profesora dice que los machos deben juntarse con las hembras.
_ Los seres humanos no somos iguales a los animales y por eso podemos experimentar cosas que ellos no. Yo te voy a demostrar que lo que tú y yo sentimos no está mal, pero debes guardar el secreto. No debemos contarle a nadie lo que te estoy diciendo. Desafortunadamente la gente no entiende de estas cosas y juzga muy fuerte a los que sentimos estos deseos. Yo me quiero encargar de orientarte para experimentar cosas maravillosas tú y yo- aseguró el depravado cura que era la completa antítesis del padre Epifanio.

Al final de la tarde Oliverio decidió entrar nuevamente a la habitación de la chica que tenía prisionera y lanzó sobre su cama mucha ropa que había comprado.

_ Tuve que adivinar su talla porque a usted no se le dio la gana de acompañarme. Si no le queda buena la podemos ir a cambiar. Es la ropa más cara y fina que se puede conseguir en este pueblo- dijo el hombre para luego marcharse. Esperanza palpó y observó la ropa y pudo combrobar así que se trataba de prendas costosas que ella jamás en su vida había usado. Junto todas esa ropa entre sus manos y la lanzó al suelo con rabia

Lejos de allí María Berenice, Berenice y Ebelia se habían reunido para cenar.

_ María Berenice yo he estado pensando y creo que el tiempo de vagancia para usted debe llegar a su fin. Lo mejor es que vaya pensando en estudiar alguna carrera aunque sea técnica o tecnológica -sugirió Ebelia.
_ Mamá, usted sabe que a mí no me gusta estudiar. Yo perfectamente puedo seguir trabajando en la peluquería. Además yo no tengo cabeza para pensar en estudio ahora. En lo único que pienso es en lo que puede estar pasando con Esperanza.
_ ¡Usted no puede vivir en función de esa muchachita! Ella ya hizo su vida. SEguramente le está yendo divinamente en ese trabajo que se consiguió sin acordarse siquiera de usted. Así que va siendo hora de que se olvide de esa obsesión ridícula que siente por ella y empiece a vivir su propia vida- exclamó la madre de maría berenice.


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