miércoles, 17 de febrero de 2016

LA BASTARDA PARTE 40

VIERNES 12 DE JUNIO

Esperanza se sentía devastada. Había caída de la manera más tonta en algo que a todas luces se sabía era una trampa. Ahora permanecía encerrada en el cuarto que compartía con las otras muchachas y se negaba a recibir bocado.

_ Débora, tenemos problemas- indicó Jacobo.
_ ¿Qué pasa?
_ Es esta peladita Esperanza. Está de remilgosa y no ha querido probar bocado.
_ Yo em encargó de eso.

Débora entró a la habitación donde estaba recluida Esperanza y estaba decidida a confrontarla.

_ ¿Qué pasa niña? ¿Por qué no come?
_ Yo no quiero comer. Yo lo único que quiero es salir de aquí -contestó la muchacha tumbada en la cama y aferrada a la almohada.
_ Aquí de nada le va a servir ponerse de caprichosa. Más bien convénzase que ya se metió en la boca del lobo y de aquí no va a poder salir tan fácil.

Esperanza se incorporó para encarar a su interlocutora.

_ Ustedes son unos miserables. ¿Cómo pueden jugar con las ilusiones de estas niñas? ¿Cómo pueden obligarlas a acostarse con tipos asquerosos? Muchas de estas niñas ni siquiera habían tenido relaciones sexuales.
_ No se les venga a dar de víctima y de inocente, porque usted y todas esas culiflojas sabían perfectamente en lo que se estaban metiendo.
_ Usted es mujer. ¿Cómo permite que a estas niñas le hagan esto? Cualquiera de ellas podría ser su hija.
_ Pero no lo son. Nunca en mi vida tuve hijos porque pienso que en este mundo ya hay suficiente plaga como para traer más. Y dejese de remilgos y de caprichos. Necesito que coma bien y esté bien repuestica porque este domingo va a conocer a alguien muy importante. Ya se lo dije niña, usted es la más afortunada de todas las zánganas que están aquí. Piense que se ganó la lotería.

Y llegó el domingo y junto con él arribó a esa aislada finca convertida en prostíbulo el temible Oliverio Esguerra.

_ Espero que hayan conseguido una niña tal cual se las pedí -señaló el mafioso.
_ Claro patrón. Su sorpresita es tal cual usted la describió: delgada, pelo negro y recién hace un mes cumplió los 18 años -le contestó Jacobo.

Entretanto en una de las habitaciones Débora preparaba a Esperanza para el encuentro.

_ Ya está lista.
_ ¿Ustedes me van a obligar a estar con un tipo?
_ No es cualquier tipo. Espera a que lo conozca y se va a dar cuenta de lo afortunada que es.
_ Primero muerta antes que dejar que un asqueroso de esos me ponga una mano encima.
_ ¿Pasan los días y usted sigue con esa actitud de rebelde sin causa? Entienda de una vez por todas que aquí las reglas las ponemos nosotros.
_ Usted es una maldita. Pero sepa que arriba hay un Dios que le va a cobrar todo lo que nos ha hecho a mí y a esas muchachas.
_ ¡Ay qué miedo! Pero sabe una cosa: yo hace mucho deje de creer en su dios.

Finalmente OLiverio Esguerra ingresó a la habitación donde yacía Esperanza. Cuando la vio se sintió intrigado e impactado: esa muchacha ante sus ojos era tal cual él la había deseado, soñado y pedido.

_ ¿Cómo está niña?

La muchacha no contestó. Olivierio se aproximo a ella y posó sus manos sobre los hombres de la joven.

_ ¡No me toque!- exclamó Esperanza mientras separaba de sí a OLiverio.
_ ¿Qué pasa?
_ ¡Yo no voy a permitir que usted me ponga una mano encima cerdo asqueroso!
_ ¡Aquí se hace lo que yo quiera, no lo que usted diga! -replicó el hombre mientras intenta besar a fuerza a la muchacha.
_ ¡Suélteme! -imploró ella y luego prorrumpió en llanto. Oliverio la saltó.
_ ¿Qué es lo que pasa con usted? ¿No le dijeron para que está aquí o qué?
_ A mí me trajeron a este sitio engañada. Me dijeron que era un casting para modelaje.
_ Todas ustedes sabían perfectamente en qué se estaban metiendo. No se las venga a dar de inocente.
_ ¡Pues aunque no lo crea es verdad! -gritó la muchacha- A mi me trajeron mediante engaños. Yo nunca por voluntad propia sería capaz de prostituirme... Usted me tiene que ayudar... me tiene que ayudar a salir de aquí.
_ ¡Déjese de shows y quítese la ropa! -exigió el hombre y acto seguido intentó desvertir a la muchacha, pero algo le impidió continuar haciéndolo.
_ Se lo suplico. Yo sé que usted debe ser una buena persona. Ayúdeme a salir de aquí. Yo podría ser su hija -imploró Esperanza con el rostro empapado en llanto.

Había algo en el rostro y la actitud de esa niña que doblegaba las fuerzas de Oliverio y él no alcanzaba a dilucidar por qué.

_ ¿Usted es de La Esperanza?
_ Sí.
_ ¿Y por qué se metió a un casting de modelaje? Porque es una solapada que no le ve problemas a posar medio desnuda frente a un fotógrafo, pero si pone reparos cuando un hombre la toca.
_ Si yo hice lo que hice fue porque la necesidad me obligó.
_ El mismo cuento de todas las mujeres: "le hizo por necesidad". Eso es mentira, lo hacen porque son unas perras.
_ Usted no sabe todo lo que yo he tenido que pasar. Yo no tengo nadie en el mundo. No tengo papá ni mamá. Me críe con mi abuela y ella falleció hace poco. Me quedé completamente sola y no encontré otra manera para sobrevivir... ¿Peros sabe qué? Yo no tengo porque darle explicaciones. El hecho de que todas las mujeres con las que usted se ha relacionado sean "unas perras", no significa que yo sea así.
_ Ahora se las va a dar de digna.
_ Yo siempre he sido una persona digna.

Los dos se quedaron en silencio por un espacio de tiempo bastante prolongado.

_ ¿Y quiénes son sus papás? -preguntó OLiverio para reanudar la conversación.
_ Ya le dije que nunca los conocí
_ Usted me recuerda a una mujer que conocí hace muchos años. Es el vivo retrato de ella... Le tengo una propuesta: yo la puedo sacar de aquí, pero se tiene que ir a vivir conmigo.
_ ¿Vivir con usted a cambio de qué? De que me acueste con usted.
_ Es eso o se queda aquí acostándose con 10 hombres diferentes cada día.
_  ¿Y qué va a pasar con las otras muchachas? Yo no las puedo dejar aquí a su suerte.
_ Yo no soy un santo ni nada que se le parezca. La puedo ayudar a usted, pero a las otras no. Ellas mismas se buscaron lo que les está pasando.

Esperanza volvió a quedar en silencio y postrada sobre la cama. Después de un tiempo se atrevió a hablar.

_ Está bien, pero sáqueme de aquí

Esa misma noche la joven se marchó con aquel desconocido sin saber que era su padre.

d 14

No hay comentarios:

Publicar un comentario